CENTENARIO DE LA ESCUELA DE ARTILLERIA DE LINARES

19-06-2021


Continuamos dando a conocer los orígenes de la fundación de la Escuela de Artillería de Linares, desde los primeros afanes de los linarenses, su creación en 1921 y hasta 1930, cuando se consolida en la Provincia y el país. (De nuestro libro inédito, Historia Militar de Linares)

CAPITULO 16

NUEVAS E INTENSAS TRAMITACIONES EN SANTIAGO
Un tanto confundidos con la situación, expresada en consejos de una u otra parte, de versiones a veces contrapuestas de autoridades, los integrantes de la comisión, que cargaban sobre sus espaldas no solo la responsabilidad de obtener la Unidad Militar, sino que las esperanzas de todo Linares, se reunieron el 2 de mayo en la sala municipal.
Se resolvió designar una comisión para dirigirse a la capital a fin de gestionar la destinación de una suma de dinero y concluir las obras del Cuartel Militar y alojar en él la guarnición que eventualmente se destinaría a Linares.

A la delegación que viajaría a la capital se le dieron facultades al más alto nivel y fue encabezada por el Intendente de la Provincia Domingo A. Solar y los Alcaldes Manuel Isidoro Cruz y Luis Mariano Valenzuela. En Santiago se les uniría la representación parlamentaria y algunos otros caballeros que tienen sus intereses en Linares.
Además se comisionó a don Armeliano Bobadilla para que efectuara similares diligencias en Concepción ante la Comandancia de la III División del Ejército.
El 4 de mayo los personeros mandatados tomaron el tren en la estación de Linares para dirigirse a cumplir con su nuevo cometido en Santiago. Además de los nombrados, se encontraban ya en la capital los señores Miguel Ángel Benavente y Miguel Ferrada Ibáñez.
Entre lo más trascedente, estaba el reunirse con el Presidente Sanfuentes quien, como se ha expresado en líneas anteriores, estaba al tanto de las peticiones locales. De igual forma, existía la opción de tener una audiencia con el nuevo Ministro de Guerra, General Cornelio Saavedra.
El senador Solano Concha Cienfuegos, quien se encontraba en su fundo de Villa Alegre, envió una nota donde les informaba que llegaría al día siguiente por la tarde a Santiago.
Como se observa, todo el amplio espectro del poder político y militar del país se ponía, de una u otra manera, al servicio del objetivo de Linares. Pocas veces en la región del Maule, una ciudadanía hizo tan notables, permanentes y tenaces esfuerzos por lograr un fin.
Los resultados fueron, al parecer auspiciosos: las audiencias se consiguieron, incluyendo la solicitada al Presidente de la República. Todas las respuestas fueron, aparentemente, positivas y comprometedoras con los temas que se les plantearon.
Un elocuente telegrama enviado por don Luis Manuel Valenzuela, evidenciaba las halagüeñas perspectivas que se abrían con las gestiones realizadas:
“Santiago, 6 de mayo de 1916
Gracias a las activas gestiones del Senador, de los Diputados y del Intendente de la Provincia, S. E. El Presidente de la República prometió acceder inmediatamente a los deseos de Linares.
Felicitaciones a mi pueblo y saludos. Valenzuela”.
El sábado 6 de mayo se reunieron en los salones de la imprenta de “El Diario Ilustrado” con el senador Echenique y el Diputado Luis Pereira. Momentos antes, el Intendente y la Junta de Alcaldes visitaron al Ministro del Interior Maximiliano Ibáñez, quien estuvo de acuerdo en la destinación de una Unidad Militar para Linares, pero no concordó con la idea de traer desde Retiro, el Grupo de Artillería Aldunate, aduciendo falta de recursos.
En similares términos se expresó el Ministro de Guerra General Cornelio Saavedra, quien manifestó que no podía gastarse un peso en construcciones militares por cuanto ese presupuesto estaba sin recursos. Agregó, en todo caso, que pronto se resolvería la reubicación de varias unidades de ejército y que Linares estaba considerado en esa distribución.

REUNION CON EL PRESIDENTE SANFUENTES
Sin embargo, luego de las audiencias con los Ministros mencionados, la delegación se dirigió al Palacio de la Moneda, donde estaba concertada una reunión con el Presidente de la República.
La posición del Primer Mandatario fue bastante distinta a la de sus Secretarios de Estado, según versión de los asistentes. Sanfuentes manifestó que el traslado del Grupo Aldunate desde Retiro a Linares podía hacerse sin demora y que, según su recuerdo, el Ítem mencionado tenía sus fondos aun disponibles.

Sin embargo, la decisión del Presidente – como sucede hasta hoy – no fue compartida por el Ministro del ramo: esa misma tarde se efectuó un Consejo de Gabinete donde el primer punto tratado, fue la decisión de S. E. en el sentido de que el Grupo de Artillería Aldunate se trasladase en el más breve plazo a Linares.
Pero, el Ministro de Guerra, con argumentos y cifras, se encargó de convencer a Sanfuentes de la imposibilidad de efectuar ese acto durante 1916. Ante lo descrito, el Presidente no quiso dejar incumplido su compromiso con Linares y dispuso que el Consejo de Ministros considerara para el año siguiente de $300.000 a $400.000 para la construcción del Cuartel Militar de Linares. Además, ordenó al Ministro de Guerra decretar la creación del Regimiento Aldunate, en reemplazo del grupo del mismo nombre y cuya guarnición sería Linares. La iniciativa fue apoyada entusiastamente por el Ministro del Interior Maximiliano Ibáñez, quien era linarense.
En todo caso, durante la reunión de la delegación con el Ministro de Guerra General Saavedra, éste les comentó que el gobierno había abandonado la idea de edificar grandes cuarteles, de alto costo de mantención, reemplazándolos por el tipo de barraca y galpones, con el máximo confort.
En definitiva, la comisión de enviados linarenses ya podía abrigar esperanzas fundadas de la próxima terminación del inconcluso cuartel y de la destinación de un regimiento. Por primera vez se definía ya el arma de artillería como la que, con mayor certeza, sería la enviada a la provincia.


LOS PLANOS DEL FUTURO CUARTEL: LOS ESFUERZOS CONTINUAN
El Presidente Sanfuentes dio cumplimiento a su palabra e impartió las instrucciones para avanzar en este objetivo. Es así como en febrero de 1917, el Estado Mayor General del Ejército comunicó al ex Alcalde de Linares Nicolás Vilugrón- quien viajó a Santiago por esos días comisionado por el Primer Alcalde Manuel Isidoro Cruz - que los planos del futuro Cuartel, que en un principio se confiaron a la Dirección de Obras Públicas, habían sido requeridos, en definitiva, a la sección técnica del Estado Mayor del Ejército, organismo que a su vez se otorgó un plazo no mayor de marzo próximo, para proceder de inmediato al llamado de propuestas públicas.
Resuelto este tema- no menor, por cuanto le ejecución de los planos es un punto esencial de toda obra – los linarenses no se detuvieron. Era sabido que, en cualquier momento el proyecto podía estancarse por la eterna carencia de fondos del erario nacional. La preocupación expresada no tarda en hacerse realidad cuando el Ministro de Guerra, General Cornelio Saavedra, a su paso por Linares, manifiesta al Intendente, que el Gobierno tenía el firme propósito de iniciar las obras del Cuartel, siempre que el Municipio y el vecindario contribuyeran con aportes.
De inmediato la autoridad provincial se reunió con el Alcalde y le dio a conocer el nuevo escenario que surgía. Ese mismo día, se convocó a una amplia reunión de funcionarios públicos y vecinos destacados, para definir la mejor forma de obtener las erogaciones para la anhelada obra.
Consecuente con su compromiso, el Presidente Sanfuentes firmó el 13 de marzo de 1917 el decreto respectivo para reiniciar los trabajos del Cuartel, con un monto de $ 125.000.
Respecto de las próximas obras, el primer contratista Liborio Villanueva manifestó que el plano que se elaboraba haría que el futuro Cuartel fuera “uno de los primeros de la República, tanto por la moderna distribución de sus diversas dependencias como por su magnífica ubicación”.
Sin embargo, aún estaba en duda la unidad que se destinaria a Linares, toda vez que, al comentar el plano ya descrito, éste estaría destinado a un regimiento de caballería y a un grupo de ametralladoras.
Cinco días después, visitó Linares don Arturo Navarrete, Arquitecto de la Dirección de Obras Públicas de Santiago, quien inspeccionó detenidamente los cimientos del Cuartel, manifestando que estaban en buenas condiciones para reiniciar los trabajos. De todas formas, fue necesario confeccionar nuevos planos de esta obra, por cuanto los primitivos se extraviaron.
A principios de abril, el Intendente Solar viajó nuevamente a la capital, esta vez a verificar el avance de los aspectos administrativos del Cuartel, pero además iniciar las gestiones de otra obra que sería de vital importancia para la economía provincial: la construcción del Canal del Melado.
La autoridad provincial traía una visión más clara de los costos finales de la Unidad Militar, los cuales ascenderían a $ 500.000, aun cuando se calculaba que la implementación total del inmueble llegada a $ 1.000.000. Precisó que una vez concluidos los planos, las obras podrían iniciarse en julio próximo y, de igual forma, dio por hecho que el Grupo de Artillería Aldunate sería trasladado a Linares, enfatizando que el cuartel era para un Regimiento de Artillería.
Por su parte, en abril de 1917 visitó Talca y Linares el Director de Obras Públicas, Ingeniero Guillermo Illanes Beytia, quien recorrió los cimientos del Cuartel Militar de Linares e hizo tomar los datos para la adecuada confección del plano del edificio. Además alcanzó a Retiro donde advirtió las pésimas condiciones en que permanecía el Grupo de Artillería Aldunate.

Ingeniero Alfredo Illanes Beytia, su intervención mejoró y adecuó el proyecto del Cuartel Militar de Linares.



JAIME GONZALEZ COLVILLE
Academia Chilena de la Historia








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