CUENTOS QUE PARECEN CUENTOS

27-04-2022


EL AMOR DE LA VIUDA

El día tres de Abril de dos mil veintidós, el timbre del celular me impactó cruelmente con el siguiente mensaje:
“Amigos correligionarios, el doctor le dio dos días más de vida a Aquiles, estoy deshecha, pero le pedí a mi familia que no vinieran todos. Son de lejos y no soy capaz de pensar o hacer algo. Cualquier cosa les informaré por este medio y quienes puedan me acompañan, sino pueden, no tienen que dar disculpas.”
Era Judith, esposa de Aquiles Ortega Zapata. Horas antes lo habían operado a la próstata con resultados positivos para alegría de la familia y amigos. Su amada compañera e hijo Aquiles José.
Entonces afloró a mi memoria el tiempo pasado con sus idos años cuando la señora Judith era candidata a concejal por la comuna de Linares.
Aquiles, consciente de la capacidad, educación, honradez y solidaridad de su amada, entregó toda su energía para colaborar en la campaña, en la cual algunos políticos tienen la oportunidad para explotar el arte de la mentira, y actuar como profesionales artistas.
Ella sería diferente, lo cual no dudaba su fiel y admirador marido.
Posesionado en el valor de su mujer, olvidaba que la noche estaba dispuesta para descansar, soñar y dormir. Entonces hasta altas horas de la noche visitaba a los amigos y conocidos para entregar los antecedentes y virtudes de aquella enérgica y futura concejal.
Testigo soy, cuando se ordenó sacar la propaganda desde los árboles, postes del alumbrado eléctrico y otros. Aquiles arriesgaba su integridad física, trepando desde la escalera a las elevadas ramas.
El reloj le mostraba las dos o más de la madrugada. Pero había que rectificar en breve la infracción cometida inocentemente, demostrando respeto y obediencia a las normas legales.
.- !Aquiles, no subas tan alto¡
.- !Por ti amada mía, subiría hasta la luna y allí tallaría tus iniciales y las mías¡
El frio de la oscuridad, se entibiaba con aquel amor que profesaban con cariño y ternura.
En el nuevo día cumpliendo su horario, dictaba clases a sus alumnos quienes le apodaban “Arturo Prat” pues tenía un parecido a este héroe naval. Como buen profesor de historia sorprendía con su memoria fotográfica para recordar con exactitud fechas, tanto de nacimiento como lugares de fallecimientos y sus hazañas de grandes personajes de la historia.
La noche del tres de Abril, Judith junto a su hijo lograron una pieza para acompañar en la agonía pronosticada por el profesional… (Aunque confiaba en las oraciones ofrecidas por muchas amistades, familiares, correligionarios, colegas y vecinos). Ocultaba con firmeza aquellas lagrimas difíciles de contener en sus bellos ojos. Al igual que Aquiles José, aquel hijo regalón de corazón herido y mirada de tristeza dibujando una sonrisa para ocultar ese llanto de despedida.
Judith intentaba prolongar la existencia de su ser amado, con besos y caricias de mujer enamorada. Prometiendo que pronto estarían en casa…
El calendario anotaba en su página de color tristeza el día cuatro de Abril de dos mil veintidós, cuando el sueño sellaba profundo dormir de mis ojos y pesadas pestañas que hacían noche el amanecer, cuando como certera y estruendosa bomba llegó a mis oídos el timbre de mi celular y en su pantalla dibujó unas letras de lágrimas… “! Falleció mi gran amor y el amor de mi hijo Aquiles José ¡” 06:11 Hrs.
Una cascada de grande pesar se desató en los mensajes del celular. Las oraciones cambiaron su texto…
Las lágrimas de Judith y de Aquiles José, son el producto de dos corazones y almas que heridas dejan caer desde los ojos de luta tristeza para empañar la mirada y no ver la muerte que se llevaba a su amado Aquiles Ortega Zapata.

Carlos Yañez Olave
Escritor

http://www.diarioelheraldo.cl/noticia/cuentos-que-parecen-cuentos-2 | 18-04-2024 10:04:27