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El Diario del Maule Sur
FUNDADO EL 29 DE AGOSTO DE 1937
Opinión 11-01-2022
AGUARDAR COMO RELIQUIA EL TIEMPO POR VENIR


Es perentorio, inmediato, en seguida, con premura y prisa, a velocidad luz entre los calendarios viejos de otro tiempo cuando se escondían en un bolsillo los pequeños tesoros de una mariposa atrapada merodeando junto a las flores o la lluvia sutil al comenzar el verano en esta parte del mundo.
Inquietud nos moviliza, estamos expectantes, se vienen nuevos desafíos, debemos dibujar la historia, darle asunto a nuestros pasos para escalar el monte, la cordillera nevada, los senderos serpenteantes entre los caminos interiores; aquí, damos valor a la palabra empeñada, escuchamos con atención el canto del gallo o el zumbido de la abeja, disfrutamos el agua con harina o la sandía al pie de la huerta, palpamos alrededor si es aurora amanecida, o descanso tendidos al son del crepúsculo. Aseguramos un mosto tinto bien servido, el asado al palo y la cazuela de osobuco, despedimos al lechero, mientras las mujeres hilan la lana después de la esquila, prendemos el horno del carbón y pavimentamos los caminos. Aquí la tierra se hace vigor, hombres de trabajo empuñan la pala y bajo el parrón se duerme la siesta. Aquí en el sur, somos parte de la historia y la construimos juntos a pura fuerza y ñeque; aquí en el sur, falta tiempo para desvencijar las palabras y dormir a medio salto por si aparece el salteador; somos gente buena que mira la luna cuando está media o a los ojos de la madre plena, tenemos leyendas por contar y cuentos de terror, miramos a los ojos del puma y entronamos al copihue entre las enredaderas.
Siempre se nos viene el tiempo por venir; por tal, debemos aguardar como reliquia el mañana, no tenemos certeza si abriremos los ojos en el próximo cuarto menguante, pero la muerte artera puede pasar de largo una quincena y acurrucarnos arropados en la próxima sentencia.
Aquí en el Maule Sur, entre el Putagán y el Perquilauquén, desafiamos el tiempo por venir, que se duerman las garzas en la rivera y gotitas de agua vayan sembrando un caudal. Aguardaremos atentos cada despertar como reliquia y tesoro en cofre de greda. Somos tus hijos tierra inmaculada y dedicamos en tu nombre todos y cada uno de nuestros pasos.
A mis amigos y los no tanto, sean las palabras de un servidor que les resguarda, sigilosos, admirando los próximos milenio, desde mi cuna en el centro de la patria, aquí don viví mi primer rayo de luz bautizado por el Padre Lavín.
Que el descanso sea ruta para comenzar de nuevo, la historia tiene caminos recónditos que no podemos asegurar…

(Marcelo Sepúlveda, profesor de Retiro)
Freddy Mora | Imprimir | 826