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Opinión 05-09-2021
CAMBIO DE HORARIO: MÁS QUE AJUSTAR EL RELOJ BIOLÓGICO EN LOS NIÑOS

El cambio de horario genera en la mayoría de las personas algún tipo de desajuste, el cual puede afectar sus hábitos tradicionales de sueño, vigilia, alimentación y organización del tiempo.
Sin embargo, quienes más resienten este tipo de cambio son los niños debido a que su biorritmo se adapta a ciertas rutinas necesarias para su armónico equilibrio de funciones, y cuando intentamos adelantar o atrasar dicho sistema este lo resiente y se resiste a dicho cambio.
A partir de lo anterior, es probable visualizar mayor grado de irritabilidad, mal humor, problemas para iniciar o finalizar el sueño o incluso algún grado de ansiedad, lo cual puede tardar algunos días antes de regularizarse
Cuando este cambio de horario es abrupto nuestro sistema se debe adaptar de manera repentina por lo que “es probable que tenga efectos cognitivos, físicos y emocionales difíciles de manejar, los cuales pueden impactar también en sus competencias escolares”.
No obstante, se puede ir preparando el terreno con algunas acciones tales como ir corriendo las rutinas 15 minutos, hasta llegar a la hora real de cambio. Esto debe ir acompañado de una explicación que le permita al niño comprender las reales razones del cambio y las implicancias que tiene en términos de que se pueda anochecer con más sol o amanecer con menos luz.
Siempre que logramos mantener un ajustado equilibrio entre nuestras rutinas físicas, nutricionales, espacios de recreación y descanso, podemos avanzar más rápido a una transición de cambio menos abrupta y dolorosa.
Lo importante es ser pacientes frente a los niños y comprender que ellos necesitan la mantención de sus hábitos y rutinas ya que estos les entregan seguridad y confianza. Cada padre debe estar atento a las necesidades que presenten cada uno de sus hijos para apoyarlos y orientarlos.
Además, es necesario evitar comidas con exceso de azúcar y carbohidratos refinados ya que estos pueden generar aún más desequilibrios en su sistema.
También hay que ayudarles a preparar el sueño siempre es una buena alternativa, evitando el uso de pantallas antes de dormir y el exceso de comidas o líquidos.
Lo fundamental es que los cambios en las rutinas de sueño y alimentación ayudarán mucho en el ajuste del biorritmo de los niños.

Mg. Carol Bazignan
Académica de la Facultad de Psicología
Universidad San Sebastián.
Freddy Mora | Imprimir | 495