Continuamos dando a conocer los orígenes de la fundación de la Escuela de Artillería de Linares, desde los primeros afanes de los linarenses, su creación en 1921 y hasta 1930, cuando se consolida en la Provincia y el país. (De nuestro libro inédito, Historia Militar de Linares)

CAPITULO 11

LAS OBRAS DEL CUARTEL SE DETIENEN
JURA DE LA BANDERA EN LINARES
Tras los festejos, discursos y parabienes de la primera piedra – y construidos los cimientos del futuro Cuartel Militar - los trabajos se detuvieron por varios años y todo pareció quedar en suspenso. Sin embargo, como una fuerza latente – aunque invisible – el espíritu castrense permanecía palpitando en los linarenses y ello se advirtió en diversas ceremonias que se realizarán en los años siguientes, inmersos en el fervor patriótico que los alentaba.
Es así como, por diligencias y gestiones de las autoridades locales y parlamentarias de la zona, se anunció a través de la prensa que se habían resuelto pedir propuestas para terminar los cimientos del Cuartel, las cuales se abrirían el 27 de mayo de 1912, a las tres de la tarde ante el Comandante General de Armas de la Provincia.
Se solicitaba a los interesados que las bases y especificaciones debían retirarse desde la Intendencia de Linares.
Desde luego, la resolución no satisfacía a los linarenses, por cuanto aspiraban a obtener financiamiento para todo el edificio, pero, con lo resuelto, al menos se avanzaba en este anhelo ciudadano.
Efectuados los trámites del caso, el 22 de junio de 1912, se informó que la comisión encargada de resolver el tema, aprobó la propuesta del contratista Liborio Villanueva.

PRIMERA JURA DE LA BANDERA EN LINARES
Una de las actividades relevantes de 1912 fue la celebración del primer centenario de la Bandera Nacional, efectuado el 4 de julio con solemnidad y gran asistencia de público y donde formó la Primera Batería del Grupo de Artillería Aldunate, que viajó desde Retiro en un tren especial, a mando del Capitán Héctor Eudoro Zuleta, siendo su Ayudante el Teniente Ciro Figueroa y sub ayudante el Sargento 1° Demetrio Segundo Rojas. La delegación trajo cuatro piezas de artillería con sus correspondientes municiones y llegó a la estación de Linares a las nueve de la mañana, siendo recibida por el Primer Alcalde Sandalio J. Herrera, el Visitador de Escuelas don Nicanor Troncoso, además de otros vecinos caracterizados.
Mientras se desembarcaban las piezas de artillería, el Orfeón Municipal entonó algunos himnos marciales, tras lo cual recorrió las calles del pueblo interpretando diversas piezas.
Luego, en formación, se dirigió por calle Independencia hasta la Plaza de Armas, ubicándose al lado sur de este paseo.
Previo a esto, desde las siete de la mañana se había izado el Pabellón Nacional en todos los edificios públicos y al momento de efectuarse este acto en la Casa Consistorial, se dispararon veinte y un cañonazos que repercutieron con fuerza hasta los extremos del pueblo, mientras el Orfeón Municipal interpretaba el Himno Nacional y la Canción de Yungay.
A las nueve y media se dio comienzo al Te Deum oficiado por el Padre Rodríguez, ayudado por dos jóvenes sacerdotes de la localidad, mientras un coro interpretó solemnes temas religiosos.
Concluida la misa subió el púlpito el Padre Mercedario Fray Ramón Cerda de Chillán, quien improvisó una brillante alocución de veinte minutos, luego:
“La batería de artillería ejecutó desfiles en línea cerrada y, al dar las doce de día disparó una salva mayor de 21 cañonazos con cartuchos a fogueo.
Esas maniobras llamaron la atención por el lucimiento y corrección con que fueron llevadas a cabo”.
Luego de esta presentación, la batería dejó sus armas e indumentarias en el Cuartel de Policía, quedando el personal en calidad de francos para los actos a efectuarse en la tarde.
Los oficiales fueron invitados a almorzar a casa del Intendente Juan Antonio Benítez, junto a otras autoridades y personeros locales.
A las dos de la tarde se dio comienzo en la Alameda a un masivo desfile de instituciones, que la prensa calculaba en unas siete mil personas y que integraron, en este mismo orden, el Orfeón Municipal, el Cuerpo de Bomberos, cuyo carro de escalas estaba adornado de banderas y arrayanes y donde iba un niño vestido con traje araucano, luego un carro del Liceo de Niñas, con una artística representación de la República, compuesta por varias alumnas del establecimiento, las diversas sociedades de Socorros Mutuos, de Señoras y de
Obreros, con sus estandartes, un carro de la Sociedad de Veteranos e Inválidos
de 1879, un carro del Liceo de Hombres, que representaba a las Ciencias, las Humanidades y las Bellas Artes, los clubes de futbol “Linares” y “Chile”, con sus estandartes. Finalmente las escuelas de niñas y niños de la comuna.
El desfile salió de la Alameda, siguió por las calles Manuel Rodríguez, continuó por Maipú hasta Brasil y desde aquí enfiló por Independencia hasta la Plaza de Armas, deteniéndose frente la Municipalidad, donde se levantó un estrado, en el sector norte oriente.
A un costado, se ubicaron las piezas de artillería, con su personal, para efectuar salvas en el momento oportuno.
Intervinieron con discursos, los señores Francisco Muñoz Quezada, Presidente de la Comisión Organizadora; don Manuel Isidoro Cruz, Primer Alcalde de la Comuna; don Ramón Jesús Cárdenas y finalmente el joven Julio Chacón del Campo, en nombre de la Academia Literaria Baldomero Frías Collao y del Liceo de Hombres.
Tras las intervenciones, el Orfeón Municipal interpretó el Himno de Yungay y luego las piezas de artillería del Grupo Aldunate efectuaron una salva de veintiún cañonazos, las cuales fueron aplaudidas entusiastamente por la nutrida concurrencia.
Se concluyó este acto de gran civismo, con la Canción Nacional cantada a una voz por mil cuatrocientos alumnos de las escuelas y liceos de Linares, acompañados por el Orfeón Municipal.
En la noche, la Empresa Villar ofreció una función en el Teatro de la Bomba, a la cual fue invitada la delegación del Grupo Aldunate, siendo recibidos con un caluroso aplauso del público.

Primer Juramento a la Bandera en Linares el 4 de Julio de 1912.


JAIME GONZALEZ COLVILLE
Academia Chilena de la Historia