domingo 06 de julio del 2025
El Diario del Maule Sur
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Hoy
Opinión 15-06-2021
CENTENARIO DE LA ESCUELA DE ARTILLERIA DE LINARES
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Continuamos dando a conocer los orígenes de la fundación de la Escuela de Artillería de Linares, desde los primeros afanes de los linarenses, su creación en 1921 y hasta 1930, cuando se consolida en la Provincia y el país. (De nuestro libro inédito, Historia Militar de Linares)
CAPITULO 12

ESFUERZOS PARA CONTINUAR LA CONSTRUCCION DEL CUARTEL MILITAR
Realizados los trámites de propuestas ya descritos precedentemente, en la primera quincena de agosto era esperado el contratista adjudicatario de las obras de los cimientos del cuartel militar para hacerse cargo de los trabajos. Sin embargo, las tramitaciones y diligencias burocráticas de la época demoraron la instalación de faenas. De esta forma, sólo el 3 de septiembre de 1912, el Comandante en Jefe de la Tercera División del Ejército, General Tulio Padilla, dictó la siguiente resolución:
“Debiendo continuarse los trabajos de la construcción del cuartel en esa ciudad, aceptados por propuestas públicas al señor Liborio Villanueva por decreto supremo A .5 N° 1807 del 17 de julio pasado, agradeceré a VS, se sirviera ordenar se dieran las facilidades del caso para proseguir dichos cimientos, para cuyo objeto el señor arquitecto de esta División, don Eloy Miranda, se trasladará a esa para dar los niveles correspondientes.
Tulio Padilla, General y Comandante en Jefe de la División”.
Entretanto, Linares se había acercado y estrechado lazos con el Grupo de Artillería Aldunate de Retiro, pese a que, en un principio, como se comenta precedentemente, se opuso y rechazó su instalación en esa comuna. Esta vez, así como una batería concurrió a Linares a solemnizar la Jura de la Bandera, diversas delegaciones de vecinos viajan a Retiro para confraternizar con esa unidad. De esta forma, las autoridades de Linares no aceptaron y se opusieron terminantemente a que el Grupo Aldunate fuera trasladado a Temuco, según se anunció en octubre de 1912, por cuanto ello:
“Viene a colocar a Linares en una situación injusta, más aun cuando sabemos que la preferencia que se ha dado a aquel pueblo sobre el nuestro no obedece a razones de buena milicia, ni de orden administrativo de la misma.”
Este acercamiento e integración se materializó en un paseo campestre a que el Mando del Grupo Aldunate invitó a las autoridades y vecinos caracterizados de Linares y Parral, a efectuarse el domingo 17 de noviembre de 1912, para lo cual incluso se dispuso de un tren especial que salió desde las estaciones de ambas comunas.
Los festejos concluyeron con un baile, que se extendió hasta las cuatro de la mañana, en que los invitados regresaron a sus lugares de origen en los trenes dispuestos.
Durante 1913, los trabajos de los cimientos se concluyeron, pero se abrió otra vez la disyuntiva de la continuación de las obras. El municipio retomó la inquietud en marzo de 1914, por insinuación de don Manuel Isidoro Cruz, por cuanto, a juicio de la prensa, el Cuartel estaba olvidado, y los cimientos “estaban ahí solos, abandonados, entregados a la acción del tiempo”.
En sesión de marzo de 1914 don Manuel Isidoro Cruz, al discutirse la necesidad de asfaltar veredas de algunos barrios de Linares, observó que edificar el Cuartel, además, beneficiaría enormemente al barrio del noreste de Linares:
“El Alcalde podría dirigirse no solo periódicamente, sino incesantemente, al Intendente insinuándole la idea de enviar sus peticiones al gobierno, o ya al gobierno mismo o a nuestros representantes en el Congreso, a nombre del Municipio, haciéndoles las representaciones del caso. No hay que desmayar, – reiteraba el señor Cruz – hay que activar las diligencias, aunque más no sea por ahora, mientras se sienten más aliviadas las finanzas fiscales para lograr imponer en el ánimo de los gobernantes el buen propósito de acceder a la antigua solicitud de los vecinos de Linares”.
La prensa local acogió con amplios caracteres este nuevo intento de Linares por lograr el Cuartel Militar. Era cierto que el tiempo había concurrido y las autoridades, tras cada logro lucidamente festejado, dejaban todo en suspenso. Esta vez, todos se dirigieron al Intendente Carlos Rojas Valdés, a quien se pedía:
Proponga gastar su tiempo y su paciencia en dejarnos el más grato recuerdo de su permanencia como mandatario en esta provincia.
Impulsados por lo descrito, las autoridades locales solicitaron a los parlamentarios de la zona, hacer oír su voz en el Congreso, en pos de este anhelado proyecto. De esta forma, el diputado Luis Pereira Iñiguez pidió la palabra en sesión de la Cámara del 7 de mayo de 1914.
Inició su discurso manifestando que era su costumbre tratar los problemas locales directamente con los respectivos ministerios, pero ahora deseaba llamar la atención del Ministro de Guerra - cuya ausencia en la sala lamentó - sobre la construcción del Cuartel Militar de Linares, guiado solamente por un sentido de justicia y de interés público.
Coincidió el diputado Pereira con quienes afirmaban que el erario público no estaba en su mejor momento, pero estimaba que en el caso de este Cuartel existían razones que era conveniente considerar.
“Por suscripción popular – detalló el parlamentario – se compraron tres cuadras de terreno en las puertas mismas de la población, que fueron donadas al Fisco por escritura pública, que aceptó la donación previo informe de la Superioridad Militar. Se iniciaron las obras, alcanzándose a gastar cerca de cien mil pesos, y este es el segundo año que están paralizadas, y si esto continúa hay peligro evidente que con el abandono y las inclemencias del tiempo se pierda lo ya ejecutado, con detrimento de los intereses fiscales”.
A renglón seguido, el diputado Pereira hizo una elocuente reseña del espíritu cívico y de respeto a las glorias militares de los linarenses, al haber impulsado por sí solos y con notable voluntad, la concreción del Cuartel Militar:
“Creo también por otra parte, Señor Presidente, que estos movimientos hechos por los pueblos, impulsados por un sentimiento patriótico como el de ayudar al Estado en la construcción de un Cuartel Militar, deben ser alentados por el Gobierno y estas consideraciones me hacen pedir al señor Ministro de Guerra (que se impondrá por la prensa de mis palabras) que en el presupuesto que se está formando en la actualidad para el año próximo, se compute una suma conveniente, que permita avanzar los trabajos de construcción de este Cuartel,
“Además de llenarse una necesidad señalada desde largo tiempo por la Superioridad Militar, se habrá realizado una obra de estricta justicia”.
No hubo respuesta del Ministerio de Guerra a lo requerido por el diputado Pereira, pese a lo cual los linarenses – en todo caso más los vecinos que las autoridades - continuaron insistiendo en la necesidad de no olvidar la obra iniciada, la cual parecía ya abandonada como tantas otras en Chile.
En noviembre de ese año se difundió la noticia de que las autoridades planeaban trasladar al Grupo de Artillería Aldunate desde Retiro hasta las inmediaciones de Talca, por cuanto, en la actual ubicación, la Unidad carecía de campos adecuados para la práctica de tiro. Se expresaba que el municipio local habría otorgado un terreno a propósito para estos fines. La noticia, a la que se daba “verosimilitud”, causa nueva desazón e incertidumbre entre los linarenses, que veían alejarse la concreción de su anhelo.

Foto: Diputado Luis Pereira Iñiguez, cuya intervención en la Cámara en mayo de 1914 fue decisiva en la construcción del Cuartel de la Escuela de Artillería.




JAIME GONZALEZ COLVILLE
Academia Chilena de la Historia
Freddy Mora | Imprimir | 1089