Hoy
martes 15 de julio del 2025
Opinión 19-03-2022
CHILE Y LAS OPERACIONES DE PAZ

El mundo, a lo largo de su historia, ha convivido con asonadas de violencia que confrontan a naciones que persiguen intereses y metas disímiles entre sí. La actual situación que se registra en Europa demuestra cómo los Estados emplean -para alcanzar sus objetivos- todos los instrumentos asociados al poder nacional que poseen, enmarcados en los ámbitos económico, diplomático, de la información y militar. Sin embargo, la realidad demuestra que la utilización de este último elemento, ejecutado por las fuerzas armadas, no sólo se restringe a la imposición de voluntades por medio de la destrucción y caos que surge de la guerra. Los Estados también han determinado que el empleo del poder militar debe extenderse a la búsqueda de la efectiva seguridad humana, permitiendo proteger a las personas de amenazas como las que se presentan durante los conflictos armados entre estados.
Pero, ¿de qué forma se protege al ser humano de amenazas como la guerra y sus trágicas consecuencias?
De acuerdo a la Organización de Naciones Unidas, para que el ser humano logre una vida digna y se proteja de las amenazas de la guerra, es necesario que las naciones construyan estructuras basadas en dos pilares: paz y seguridad. Y es en estos puntos donde Chile, por medio de sus fuerzas armadas, ha contribuido a la estabilidad mundial de forma permanente; siendo enérgico partícipe en la creación de las condiciones que permitan el establecimiento de sociedades armónicas y seguras.
Nuestro país, siempre respetuoso del derecho internacional y en su histórico afán de insertarse en el mundo, ha dado gran relevancia al correcto funcionamiento del sistema internacional; reconociéndolo como el principal medio de obtención de paz. Siguiendo esta línea y destacando el compromiso adquirido como país ante la comunidad internacional, es que Chile es miembro activo en la mantención y consolidación de la paz mundial. Ello, por medio de la permanente contribución de fuerzas militares a múltiples operaciones que van en apoyo a la estabilidad en distintas latitudes del orbe. Lo anterior, con el firme objetivo de ayudar a países que enfrentan complejas situaciones internas o externas, a transitar el difícil camino que se presenta entre el conflicto y la paz.
Por esta razón es que, incluso antes de la creación de la Organización de las Naciones Unidas, Chile decide avanzar con medidas concretas para lograr la concordia en el plano internacional. Es así que ya en 1935, las más altas autoridades del país deciden realizar acciones concretas en este ámbito; disponiendo la participación nacional -por primera vez- en operaciones que buscaban instaurar la paz donde ésta no se encontraba. Para llevar adelante este fin, el supremo gobierno ordenó el despliegue de un grupo de observadores, conformado por oficiales del ejército, quienes serían parte de la Comisión Militar Neutral, junto a militares provenientes de Argentina, Brasil, EE.UU., Perú́ y Uruguay. Todos unidos para fiscalizar el efectivo cese de las hostilidades en el conflicto bélico que enfrentó a Bolivia y Paraguay, conocido como la “Guerra del Chaco”.
No obstante la relevancia histórica del acontecimiento antes descrito, es posible señalar al año 1948, con el despliegue de personal del ejército a la frontera entre India y Pakistán, como la fecha oficial en que Chile inicia su participación y contribución activa en la continua búsqueda de la paz y estabilidad mundial, de acuerdo al marco estructural que fomenta la Organización de Naciones Unidas para este tipo de operaciones.
Es a partir de esta fecha en que comienza un permanente despliegue de oficiales y suboficiales de las distintas ramas de las fuerzas armadas a diversos lugares del orbe que se encuentran en conflicto. Chipre, El Líbano, Israel, Serbia, Camboya, Timor Oriental, El Salvador, Ecuador, Perú, Congo, Irak, Haití, Bosnia-Herzegovina y Colombia, son algunos de los países donde la bandera nacional flameó o flamea en la actualidad en pos de la paz mundial.
A su vez, junto con demostrar el inquebrantable apego de nuestro país con la paz, esta constante participación nacional en operaciones de mantenimiento de la paz, ha logrado posicionar al personal militar chileno dentro del contexto internacional. Ello, pues se logra demostrar con hechos la versatilidad y compromiso que nuestras fuerzas armadas poseen con la estabilidad en el planeta. Asimismo, expone el prestigio adquirido por las instituciones armadas, a partir de las capacidades y cualidades que hombres y mujeres pertenecientes al Ejército, Armada y Fuerza Aérea, poseen para desempeñarse en condiciones adversas, de gran riesgo y donde deben interactuar con personas de naciones, culturas e idiomas distintos.
Un ejemplo de la flexibilidad, capacidad de adaptación y profesionalismo presentes en los miembros de las fuerzas armadas es evidenciable en la historia reciente de nuestra Escuela de Artillería. Este instituto, formador de oficiales y suboficiales artilleros del Ejército de Chile, a principios del año 2004, debió seleccionar y disponer que parte de sus integrantes -en menos de 48 horas y por orden del supremo gobierno- fueran enviados como miembros del primer contingente chileno que apoyaría los esfuerzos humanitarios internacionales efectuados en Haití, país azotado por una grave crisis interna. Este evento no sólo generó un hito a nivel local, sino que también estableció una marca a nivel institucional, debido a la eficiencia demostrada con el correcto despliegue de un batallón a su área de responsabilidad en otro hemisferio del planeta, con todos sus medios humanos y materiales, en tan sólo dos días.
En la actualidad, la Escuela de Artillería puede decir con orgullo, que cuenta en sus filas con más de una veintena de miembros, entre oficiales y suboficiales, que han participado en este tipo de operaciones, cumpliendo exitosamente con diversas tareas de gran complejidad. Control de puestos fronterizos y límites entre países en conflicto, verificación de destrucción de armamento utilizado en guerra, entrega de ayuda humanitaria para población en riesgo o ejecución de clases para prevenir la manipulación de minas antipersonales y explosivos a niños y jóvenes de educación básica y media que viven en zonas en conflicto, son sólo algunas de las labores que han efectuado hombres y mujeres que se encuentran destinados en la guarnición de Linares; siendo claras pruebas del afecto por la concordia mundial que Chile profesa.
Por todo lo expuesto, es que nuestro país es reconocido como una nación amante de la paz, que se inserta como protagonista en la búsqueda de soluciones pacíficas a nivel global. Y todo ello, gracias a la ardua labor que realizan sus fuerzas armadas -por medio del empleo de sus capacidades y el profesionalismo de sus integrantes, ejemplificado en el personal que presta servicio en la guarnición de Linares-, haciendo realidad la visión que el Papa Juan Pablo II describió en el jubileo del año 2000: “los militares contribuyen, con su experiencia, a cumplir con su misión de ser centinelas, que vigilan desde lejos para evitar el peligro y promover por doquier la paz”.
MAY. GONZALO BURGOS VALENZUELA, Oficial de Ejército, con mención en Artillería, Licenciado en Ciencias Militares. Bachiller en Ciencias Sociales y Humanidades y Magíster en Ciencia Política con mención en relaciones internacionales.
Freddy Mora | Imprimir | 1656