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domingo 06 de julio del 2025
Opinión 10-07-2022
CUENTOS QUE PARECEN CUENTOS Cuando nací y mi existencia va terminando
Ahora tengo más de cincuenta y menos de cien. Entonces les puedo contar el inicio de mi existencia.
Mi madre me sentía dentro de su vientre, y yo…su cariño y ternura que vertía sobre los muros de su fina piel que me tenían prisionero esperando nueve meses para obtener esa oportunidad de conocer a quien tanto me protegía con sus caricias de encanto celestial.
Tal vez no tenía formas, ni ganas de conocer éstas. Tan sólo anhelaba no acabara aquel amor de exagerada protección que me brindaba. Tal vez traspaso los límites de mi entusiasmo al intentar hacerles creer que recuerdo aquello, siendo un feto.
Testigo de lo relatado, son el palpitar de mi corazón y el alma de esos enamorados que me crearon y acompañaron en esa celda bendita con su amor y pensamientos.
…Y, un veinte de septiembre, cuando los chuicos y garrafas iban quedando vacías, la música arrancada de arpas y guitarras trasnochadas, casi dormidas y mareadas; se acostaron en el silencio y entonces me asomé a este mundo muy distinto a mi encierro de cielo, amor y ternura.
Mi llanto, como grito de terror, fue mi saludo. Recibiendo besos y caricias de aquellos padres que, con alegría me recibían… Alguien mentiroso, exclamó:
- ¡Qué bonito el niño!
Mi padre lo creyó, tomándome en sus brazos con orgullosa sonrisa. Pasado un tiempo, una cuna de madera reemplazó aquella que tenía muros de fina y aromada piel, amor y protección permanente.
El tiempo no tenía tiempo para verme crecer y pasó calladito, sin percatarme que ahora llegué a viejo y puedo aceptar la canción de Violeta Parra…”Gracias a la vida, que me ha dado tanto…”
Momentos gratos, demasiado gratos…tu primer beso y el mío… pero, otros amargos, demasiado amargos.
Hoy, tengo miedo contemplar el final del túnel, donde veo el sendero de la muerte. Antes quería empezar a amarte de nuevo.
Los síntomas se declaran al entregarme con sorpresa y orgullo satisfacciones inesperadas…
Jorge Yáñez, el gran cantautor, poeta y actor, me llama telefónicamente para invitarme a su presentación en la Comuna de Cobún.
Al día siguiente Germán Gorosito, un destacado poeta y escritor argentino, solicitando saludos a un Taller Literario de su país, donde se me conoce.
Y al otro día un golpe despertando un sueño dormido que ni siquiera hubiera imaginado… Representar a Diario El Heraldo en un significativo evento organizado por la Cámara de Comercio de Linares. Oportunidad en la cual se entregaron reconocimientos a históricos comerciantes, reconociendo especialmente a los realizadores del valioso documental “Linares, un canto, toda una historia”.
Cuando a Miguel Ángel Venégas, se le entregó un merecido diploma…más insisto en homenajear en vida a los valiosos talentos que tenemos y hacen encantadora nuestra comuna de Linares.
En este inolvidable acto se logró rescatar la lealtad, cultura y simpatía de los linarenses. A los presentes, fácilmente se nos transportó al pasado, cuando el comercio mantenía sus transparentes vitrinas y las veredas desde temprano aseadas, sin obstaculizar a los usuarios. Los dueños de diversas tiendas tomaban conciencia que los compradores no eran méndigos, por lo tanto se les atendía con respeto y amplia sonrisa. Incluso en algunas oportunidades entregando un pequeño pero significativo obsequio.
En esta ocasión imperó la disciplina, decencia y solidaridad de los organizadores, puesto que no se discriminó al recordar y destacar a pequeños comerciantes.
Las damas recepcionistas y encargadas del café, además de hermosas, no se agotaron al ofrecer insistentemente las exquisiteces a probar.
Finalizó con una interesante tertulia dejando gran tarea para las autoridades, expuestas con fundamento y notable educación de los expositores don Manuel Quevedo Méndez y don Luis Valentín Ferrada.
Con lo expresado en este relato y las últimas sonrisas de mi mujer en cada amanecer. Me hace pensar y analizar que el camino considerado como largo de mi existencia, no lo es… y vuelvo a cantar muy despacito “Gracias a la vida…”
Carlos Yáñez Olave
Escritor
Mi madre me sentía dentro de su vientre, y yo…su cariño y ternura que vertía sobre los muros de su fina piel que me tenían prisionero esperando nueve meses para obtener esa oportunidad de conocer a quien tanto me protegía con sus caricias de encanto celestial.
Tal vez no tenía formas, ni ganas de conocer éstas. Tan sólo anhelaba no acabara aquel amor de exagerada protección que me brindaba. Tal vez traspaso los límites de mi entusiasmo al intentar hacerles creer que recuerdo aquello, siendo un feto.
Testigo de lo relatado, son el palpitar de mi corazón y el alma de esos enamorados que me crearon y acompañaron en esa celda bendita con su amor y pensamientos.
…Y, un veinte de septiembre, cuando los chuicos y garrafas iban quedando vacías, la música arrancada de arpas y guitarras trasnochadas, casi dormidas y mareadas; se acostaron en el silencio y entonces me asomé a este mundo muy distinto a mi encierro de cielo, amor y ternura.
Mi llanto, como grito de terror, fue mi saludo. Recibiendo besos y caricias de aquellos padres que, con alegría me recibían… Alguien mentiroso, exclamó:
- ¡Qué bonito el niño!
Mi padre lo creyó, tomándome en sus brazos con orgullosa sonrisa. Pasado un tiempo, una cuna de madera reemplazó aquella que tenía muros de fina y aromada piel, amor y protección permanente.
El tiempo no tenía tiempo para verme crecer y pasó calladito, sin percatarme que ahora llegué a viejo y puedo aceptar la canción de Violeta Parra…”Gracias a la vida, que me ha dado tanto…”
Momentos gratos, demasiado gratos…tu primer beso y el mío… pero, otros amargos, demasiado amargos.
Hoy, tengo miedo contemplar el final del túnel, donde veo el sendero de la muerte. Antes quería empezar a amarte de nuevo.
Los síntomas se declaran al entregarme con sorpresa y orgullo satisfacciones inesperadas…
Jorge Yáñez, el gran cantautor, poeta y actor, me llama telefónicamente para invitarme a su presentación en la Comuna de Cobún.
Al día siguiente Germán Gorosito, un destacado poeta y escritor argentino, solicitando saludos a un Taller Literario de su país, donde se me conoce.
Y al otro día un golpe despertando un sueño dormido que ni siquiera hubiera imaginado… Representar a Diario El Heraldo en un significativo evento organizado por la Cámara de Comercio de Linares. Oportunidad en la cual se entregaron reconocimientos a históricos comerciantes, reconociendo especialmente a los realizadores del valioso documental “Linares, un canto, toda una historia”.
Cuando a Miguel Ángel Venégas, se le entregó un merecido diploma…más insisto en homenajear en vida a los valiosos talentos que tenemos y hacen encantadora nuestra comuna de Linares.
En este inolvidable acto se logró rescatar la lealtad, cultura y simpatía de los linarenses. A los presentes, fácilmente se nos transportó al pasado, cuando el comercio mantenía sus transparentes vitrinas y las veredas desde temprano aseadas, sin obstaculizar a los usuarios. Los dueños de diversas tiendas tomaban conciencia que los compradores no eran méndigos, por lo tanto se les atendía con respeto y amplia sonrisa. Incluso en algunas oportunidades entregando un pequeño pero significativo obsequio.
En esta ocasión imperó la disciplina, decencia y solidaridad de los organizadores, puesto que no se discriminó al recordar y destacar a pequeños comerciantes.
Las damas recepcionistas y encargadas del café, además de hermosas, no se agotaron al ofrecer insistentemente las exquisiteces a probar.
Finalizó con una interesante tertulia dejando gran tarea para las autoridades, expuestas con fundamento y notable educación de los expositores don Manuel Quevedo Méndez y don Luis Valentín Ferrada.
Con lo expresado en este relato y las últimas sonrisas de mi mujer en cada amanecer. Me hace pensar y analizar que el camino considerado como largo de mi existencia, no lo es… y vuelvo a cantar muy despacito “Gracias a la vida…”
Carlos Yáñez Olave
Escritor
Freddy Mora | Imprimir | 603