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Nacional 15-05-2022
Las momias más antiguas del mundo buscan nuevo hogar en Arica
Colgada de los escarpados acantilados y las rocosas playas que se extienden desde la región de Arica, en el norte de Chile, a sus vecinas de Tana y Moquegua, en Perú, la cultura Chinchorra parece una más de las muchas sociedades precolombinas que habitaron Sudamérica hace 10.000 años.
Una comunidad ancestral de pescadores, asidos a la fría riqueza del Pacífico, que apenas lograrían una pequeña página en la prehistoria si no fuera por una tradición funeraria que las hace únicas: conocían y practicaban la momificación mucho antes de que esta se extendiera en el antiguo Egipto.
"Todos se momificaban. Los chinchorros no se enterraban", explica a EFE Valeslka Laborde, responsable de patrimonio y cultura en la zona de Camarones, epicentro de esta cultura.
"La idea es que les fueran acompañando, si yo me trasladaba me llevaba mi cuerpo para que me siguiera acompañando y estando con la familia", agrega Laborde, rodeada de decenas de vestigios expuesto al calor, al viento y al salitre.
De acuerdo con los escasos datos de los que se dispone, la técnica de las "momias negras" es la más antigua y peculiar que existe, ya que los chinchorros prácticamente vaciaban los cuerpos.
Retiraban vísceras y huesos, y rellenaban el interior con palos, plumas de ave y totora, un tipo de vegetal endémico en la zona con el que también tejían esteras, bolsas y otros utensilios para el transporte, la conservación y la pesca.
"Las momias rojas, que son de 5.000 años, ya no se les estarían los huesos, si no solo las vísceras y se hacían orificios en algunas partes de las extremidades. Así que yo creo que la relevancia que los chinchorros tienen a nivel mundial es la técnica de momificación y va a ser un misterio para nosotros porque no sabemos de sus prácticas culturales, de su lengua, solo tenemos evidencia arqueológica que nos pueden hacer suponer algo", señala Laborde.
Una comunidad ancestral de pescadores, asidos a la fría riqueza del Pacífico, que apenas lograrían una pequeña página en la prehistoria si no fuera por una tradición funeraria que las hace únicas: conocían y practicaban la momificación mucho antes de que esta se extendiera en el antiguo Egipto.
"Todos se momificaban. Los chinchorros no se enterraban", explica a EFE Valeslka Laborde, responsable de patrimonio y cultura en la zona de Camarones, epicentro de esta cultura.
"La idea es que les fueran acompañando, si yo me trasladaba me llevaba mi cuerpo para que me siguiera acompañando y estando con la familia", agrega Laborde, rodeada de decenas de vestigios expuesto al calor, al viento y al salitre.
De acuerdo con los escasos datos de los que se dispone, la técnica de las "momias negras" es la más antigua y peculiar que existe, ya que los chinchorros prácticamente vaciaban los cuerpos.
Retiraban vísceras y huesos, y rellenaban el interior con palos, plumas de ave y totora, un tipo de vegetal endémico en la zona con el que también tejían esteras, bolsas y otros utensilios para el transporte, la conservación y la pesca.
"Las momias rojas, que son de 5.000 años, ya no se les estarían los huesos, si no solo las vísceras y se hacían orificios en algunas partes de las extremidades. Así que yo creo que la relevancia que los chinchorros tienen a nivel mundial es la técnica de momificación y va a ser un misterio para nosotros porque no sabemos de sus prácticas culturales, de su lengua, solo tenemos evidencia arqueológica que nos pueden hacer suponer algo", señala Laborde.
Freddy Mora | Imprimir | 617
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