sábado 27 de abril del 2024 | Santoral Zita
El Diario del Maule Sur
FUNDADO EL 29 DE AGOSTO DE 1937
Hoy
Opinión 21-05-2022
Las y Los

Ya instalado en el terreno legal y formal, según 71 menciones de la Nueva Constitución, la
nueva forma correcta para referirse a las autoridades y sujetos es: “Las diputadas y los
diputados”, “Las y los Ministros de Estado”, “Las y los militares”, “Las y los extranjeros”,
“Las y los trabajadores”, y así un largo etcétera. NO SE CONFUNDA, primero “Las” y luego
“Los”. Desde hoy, nunca más, “Los” y luego “Las”. ¡Y que ni si quiera se le ocurra referírseles
solo con “Los”!
El término se basa en la razón inclusiva típica: la disminución del sexismo, la invisibilización
y la exclusión de ciertos grupos por medio del lenguaje, siendo que según la Real Academia
Española el término “Los” es para todos, sin distinción de sexo y como la única forma de
referirse a grupos mixtos. Este es el resultado del discurso políticamente correcto de los
constituyentes en pleno esplendor. Y como sucede con todos los movimientos ideológicos
con doctrinas políticas mal-asimiladas y vulgarizadas, convertidas en artefacto realmente
deletéreo y ponzoñoso, el fenómeno termina por sobrepasar por mucho el terreno de la
Razón.
Como aquella historia del aprendiz de brujo que con su magia invoca a monstruos y luego
se encuentra totalmente impedido de hacerlos desaparecer, puesto en jaque a
consecuencia de sus actos, los constituyentes, de la misma manera, poseídos por la
borrachera de hybris se encuentran atrapados en una dinámica y en un discurso dominado
por la desmesura, la locura, el delirio, la arrogancia, el impulso odioso irracional y las
pasiones revanchistas exageradas. Mas, teniendo al país por el mango, se espolean, se
aceleran, se botan a macanudos, se sienten empoderados y autorizados LEGITIMAMENTE
para cambiar la educación, la salud, la organización del Estado, la Nación, las Instituciones
e incluso las formas del lenguaje; propuestas, discursos y decisiones con claro tufo a espíritu
refundacional que recuerda a los polvorientos libros de la Revolución Francesa.
En aquellos años, la convención de revolucionarios franceses quisieron cambiarlo todo: los
meses del calendario se los llamó “Vendimiario”, “Brumario”, “Frimario” “Nivoso”, etc.; se
optó por cambiar la ordenación del tiempo; hubo un momento en que ya no era aceptable
decir madame o monsieur (señora o señor) sino que había que decir citoyenne (ciudadano);
se intentó acabar con el cristianismo imponiéndose el culto de la “Diosa Razón”; se prohibió
llamar a un cerdo “Napoléon”; se cambiaron los nombres de las calles; se botaron
monumentos; y así un largo de absurdos.
Sin importar su lejanía y la “conciencia del pasado”, toda asamblea constituyente que es
producto de una sublevación revolucionaria que no se detiene en los quiñazos, las mólotov,
el vandalismo y las funas de patotas de energúmenos en las calles, sino que logra subirse al
caballo del poder institucional, siempre tiene la pretensión de generar un mundo y orden
nuevo; el Chile del pasado, el del Antiguo Régimen, solo vale como gestante asistido por la
partera constituyente. ¿Para qué? para dar a luz un NUEVO CHILE, país que no será otra
cosa que la eliminación de todo lo que fue; y entre aquellos disparates se encuentra “Los”,
que es representativo del diabólico Ancien Régime.
Afortunadamente, aunque tarde, llega aquel día en que pasa esta fiebre, histerismo y
distorsiones surrealistas de cambio, restituyéndose el estado inicial: En Francia se acabó la
revolución y los franceses volvieron a hablar de “Enero”, “Febrero”, “Marzo”, etc.; volvieron
a referirse de la manera correcta a los sujetos y autoridades; se volvió a creer en el
cristianismo; se instalaron los antiguos nombres de las calles; y los monumentos fueron
tranquilamente devueltos a su lugar. ¡TODO FUE EN VANO! pues una vez que la partera
hace su trabajo se tiene que ir para la casa, lamentablemente dejando un halo de ruina,
atraso, fanatismo, estupidez, patetismo y arrepentimiento.


Fernando González Freire
Estudiante de Derecho de la Universidad Adolfo Ibáñez
Freddy Mora | Imprimir | 1567