martes 23 de abril del 2024 | Santoral Jorge
El Diario del Maule Sur
FUNDADO EL 29 DE AGOSTO DE 1937
Hoy
Opinión 23-07-2021
NESTLÉ Y LA “CANCEL CULTURE”


Hace un par de días la empresa suiza Nestlé cambió el nombre de su tradicional “Negrita” a “Chokita” por considerarla como “inapropiada, respecto del uso de estereotipos o representaciones culturales” (sic). Este hecho tan insólito, tan para la risa y que incluso fue noticia y motivo de “memes” en redes sociales representa de buena manera el fenómeno de la “Cancel Culture” o “Cultura de la cancelación”, expresión que hace referencia a un movimiento de masas que anula u opta por dejar de lado a aquellas personas, organizaciones e instituciones que se consideran incomodas e inadmisibles por sus acciones o por sus significados.
Sin embargo, este proceso que parece inédito (al estar expresado en inglés) no tiene novedad, puesto que el afán de cambiarlo todo - incluyendo el lenguaje - ha sido un proceso con precedentes históricos - En la Revolución Francesa hubo un momento en que ya no era aceptable decir madame o monsieur (señora o señor) sino que había que decir citoyenne (ciudadano), de lo contrario, se caía en el terreno de la sospecha como partidario o miembro del antiguo régimen. Asimismo, en la Rusia bolchevique se miraba con el ceño fruncido a los individuos que decían “ciudadano” en vez de “camarada”-.
Lo mismo sucede ahora, cuando las ideologías e ideas ya no son solo temas que se discuten en los cenáculos académicos, círculos literarios e intelectuales, sino que llegan a las masas, las cuales interiorizan y -cualquiera que haya sido su nivel- las degradan, simplifican, vulgarizan y convierten en cliché, enganchando a gran parte de la sociedad (por auténtico convencimiento, por miedo u oportunismo), provocando un deterioro de los valores, instituciones, lenguajes, costumbres, valores y juicios tradicionales. De esta forma, vemos un fenómeno que prohíbe o critica -de manera directa o indirecta, con buenas o malas intenciones - películas, monumentos nacionales y expresiones lingüísticas. Esto último es el caso de la “Negrita”, expresión que forma parte del repertorio de palabras de nuestra tradición cultural (disponible para cualquier persona que quisiera referirse de manera cariñosa a una mujer de piel morena), al considerársele un tipo de lenguaje “insultante” y “grosero”.
Lamentablemente, aunque se vea como un hecho sin importancia, es preocupante y desagradable que se presione u opte en nuestro país (y en todo el mundo) por un determinado lenguaje, o bien, una lista de palabras y/o términos (que suenan “inteligentes”, con razones seriamente “fundadas” y que pareciera que están entendiendo y modelando el mundo de una manera distinta) que reemplacen términos considerados “peyorativos” y “agresivos”, promoviendo una censura monumental con modelos de expresión basados en etiquetas.
De esta manera, vamos directo a una sociedad Orwelliana (distopía del título “1984” de George Orwell) en donde hay que tener cuidado de no decir, no tocar, no insinuar y no comentar lo que un par de personas califican de “inapropiado”. Por lo tanto, tenga cuidado con las palabras tradicionales que antes usaba y ahora exprésese con unas cuidadosamente escogidas toda vez, que hay que “andar con pies de plomo” cuando imperan ideas ideológicamente asfixiantes, represivas y arrogantes.

Fernando González Freire
Estudiante de Derecho de la Universidad Adolfo Ibáñez
Freddy Mora | Imprimir | 1852