La semana recién pasada, el Papa Francisco ha designado a un nuevo Arzobispo chileno de la Iglesia Católica, en la persona de Mons. Andrés Ferrada Moreira. Unido a su designación episcopal, le ha nombrado como Secretario de la Congregación Vaticana para el Clero, equivalente a uno de los Ministerios principales de la Santa Sede.
El nuevo Arzobispo se encuentra estrechamente vinculado a Linares por lazos familiares. Su abuelo, don Guillermo Ferrada Urzúa, desempeñó sus actividades profesionales, durante toda su vida, en nuestra ciudad, donde aún se le recuerda por su bondad, sencillez y alegría.
Su padre, Fernando Ferrada Palacios, Ingeniero Agrónomo, también ejerció su profesión en nuestra ciudad, falleciendo muy joven en un trágico accidente de tránsito mientras se desempeñaba como Seremi de Agricultura de la VI Región.
Hasta su destinación a Roma, Monseñor Ferrada ejerció como Director de Estudios en el Seminario Pontificio de Santiago, dejando grandes recuerdos en la comunidad de Yerbas Buenas, pues acostumbraba a efectuar sus Retiros y Misiones, junto a sus alumnos seminaristas, en Abránquil, la tierra de sus antepasados, muy querida por él.
En opinión del historiador Jaime González Colville, con su nombramiento arzobispal, Monseñor Ferrada resulta ser el segundo Obispo Católico oriundo de Yerbas Buenas. El primero fue el Obispo de Concepción y Chillán, reconocido historiador eclesiástico y regional, Monseñor Reynaldo Muñoz Olave. Además- agrega González- ambos sacerdotes están emparentados, lo cual es un gran acierto. Es más, Monseñor Olave hace exactamente un siglo, en 1921, asumió las funciones de Provisor del Obispado de Concepción y Vicario Capitular ante la enfermedad de Monseñor Gilberto Fuenzalida Guzmán.
Atendidas las altas responsabilidades que desde ahora asume este hijo y nieto de Yerbas Buenas, hacemos votos para que el nombre de Linares quede muy en alto en las delicadas funciones de la Santa Sede Romana.




Jaime González Colville
Academia Chilena de la Historia