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El Diario del Maule Sur
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Opinión 19-05-2023
¿Qué pasó?

Rodrigo Biel, abogado y docente

Nada que no fuera lo previsible.

Como también será previsible las explicaciones que darán los perdidosos, ya que les es difícil ver lo evidente, quizás responderán con las palabras de Macquiavelo “Porque de los hombres puede decirse generalmente que son ingratos, hipócritas, temerosos del peligro y ansían realizar ganancias. Mientras se les ofrece beneficios y el peligro es remoto, son adictos, ofrecen su caudal, vida e hijos, pero cuando se necesita su sacrificio y el peligro está cerca, se rebelan". Pero no deben olvidar lo que también dice el florentino: “A los gobernados no les interesa el poder, sino un mínimo de seguridad y de libertad en sus asuntos privados, agregando: "Siempre que no se quite a la generalidad de los hombres su propiedad ni su honor, viven contentos y en paz".
Como lo he sostenido en varias oportunidades, se está dando la oportunidad para que los chilenos demuestren su capacidad de dialogo y se retome lo que lo caracterizaba, la capacidad de lograr un consenso, a problemas actuales, urgentes que requieren de una solución pronta.
Nadie puede desconocer que en nuestro país existen falencias que deben ser solucionadas con prontitud, siendo cierto que algunos por miopía, egoísmo o desidia no hicieron nada por reparar, como también que otros equivocaron la forma en que se pretendió resolverlas. Entonces ¿qué necesitamos?
La respuesta me parece obvia, hombres y mujeres capaces de ser lideres, emular a los verdaderos estadistas para que aparezca aquel o aquella que señala Virgilio:" Cuando aparece en medio de la multitud un hombre grave e insigne por sus virtudes, callan todos y se preparan a escucharlo", el presidente todavía tiene el tiempo para ser ese hombre.
Para aquello se necesita grandeza, como la que tuvo el presidente Mario Soares de Portugal, cuando dijo: “Debemos redactar una constitución en la que el día de mañana no tengamos miedo de ser minoría. Somos una fuerza abrumadora en esta asamblea. Aprovechemos nuestra victoria para escribir unas reglas para proteger a la minoría, pues algún día nos tocará ocupar ese espacio. Las mayorías deben tener el poder de gobernar y decidir. Y nuestra Carta Fundamental debe asegurarnos que ese poder nunca se vuelva contra nosotros mismos. Primero soy portugués, luego demócrata y, por último, socialista”.
En ese discurso se plasma, además, el error de la Asamblea Constituyente pasada, se olvidaron del país, partieron de la base que la minoría debía ser aniquilada, que eran mayoría y que lo serían para siempre; su propio partido le dio la espalda al último estadista que tuvo Chile, Ricardo Lagos, pensando que todo lo harían de nuevo; los socialistas democráticos, que ironía, al darse ese nombre admitieron que había otros no democráticos, fueron más infantiles que los jóvenes a los cuales ahora critican, quienes por último, por edad, tenían derecho a equivocarse, pero ellos no, y por eso fueron castigados.
Espero que los vencedores sigan los consejos de Soares; los jóvenes políticos maduraran y aprovecharan la experiencia, atendido que los fracasos, los conflictos y el caos enseñan y hacen crecer. Sin embargo, cuando los viejos nos equivocamos, nos queda un solo camino, irnos.
También es el momento que los chilenos y chilenas sepan que la Constitución no es la panacea que soluciona los problemas que les angustian; allí se plasman los principios de la institucionalidad, pero es la ley la que los visibiliza, y la justicia la que los hace operativos.
Es la oportunidad de unirnos y juntos construir una patria; aquí nadie sobra ni nadie falta; es el momento de volver a ser demócratas y elaborar una Constitución moderna, equilibrada, inclusiva para todos los que habitan en este país, sin exclusiones,
Freddy Mora | Imprimir | 501