La tenue luz de su mirada me dio la última señal del final que nos habíamos granjeado…Los lazos rotos que antes la vida había reunido se nos entregaban como restos mortuorios a las afueras de la morgue…. La hora había llegado, la vida parecía detenida… los colores, aromas, y sensaciones paralizados en ese frío, doloroso e irrepetible instante.

Ya esta¡…se acabo, c est fini…..
La vida…¡¡Ay la vida!!…sus ires y venires, sus vueltas y recovecos…sus luces y sombras.
Y, ¿de que hablamos cuando hablamos del amor?….
¿Lo de ese día? O quizás lo que sólo vemos cuando cerramos los ojos y soñamos.

El amor, esa dulce y profunda palabra de cuatro letras, por la que Héctor, Príncipe de Troya lucho sin arte ni parte, la que movió las huestes de Esparta, la que volvió loco al ilustre Hidalgo, ese de La Mancha, que cuales molinos imaginarios soñaba con esa Dulcinea imaginaria, la del Toboso, la que me inspira, la que hizo parir de las manos de Beethoveen sus más viscerales melodías, y la que Calamaro cantaba cuando deletreaba…no se puede vivir del amor, como cínica constatación de que sin el amor precisamente no se puede vivir.
¡Ay el amor!…..
Pero, ¿qué es el amor?
Acaso no lo es soñar con el aroma que dejó en mis narices al verla alejarse por la esquina?….acaso no lo es su forma de reír cuando logro, de verdad, hacerla reír?...o la parsimonia de sus gestos frente al espejo, a la hora de mirarse los años….y constatar que ellas es perfecta…me digan lo que me digan? O la forma en que me mira, a mi, ser mal hecho, de color mal habido, hijo de naturaleza minimalista, por no decir poco favorecido por la mano de Dios.....pues bien, si eso no es amor, que Diablos es entonces?
Y que me importa que tenga sus circunstancias….si todos las cargamos a cuestas, o que como dijo Nicanor, el hermano de Violeta, la que cantaba, me haga pruebas de hidalguía, resiliencia y resistencia, al no darme los millones de besos que yo deseo de ella cada vez que la veo aparecer a mi lado? O que de pronto, sin que nadie te lo advirtiera, de entre las luces del añoso firmamento, cuando menos lo pensabas, ella se aparezca para hacerte creer nuevamente en esas cosas en las que sólo piensas cuando cierras los ojos?

Y ahí, nuevamente, te preguntas ¿Si sólo supiéramos a quien amar…? Si sólo supieras que no habrá llagas, en vez de palabras, y que Jorge González no tendrá de que más escribir, estaría todo bien, pero, claro, cerraste los ojos y los nudos de aquel momento ese, se vuelven a desatar y again, vuelves a desear que el tiempo te dé esa oportunidad que no germinó la vez anterior…
Y de pronto….
Y de pronto…
Otra vez..
Y piensas…. Sufrir…. partir de nuevo, y …..?
Silencio, miedo…contención….
Pero quien diablos te dijo que amar era simple. ¿quien carajos a cruzado el charco sin arriesgar y mojar parte de si alguna vez?
Y, quizás, sólo por esta ocasión, solo por ti, por que el astro Rey te iluminó como en el verano lo hace al nacer el día, tengas la suerte de saber lo que es el amor….
Y ahora, que te gusta ese aroma, te calma su calma apasionada, sus tonos adornados, de verdadera verdad…te guste la idea…te dejes llevar…y parezca que abrir los ojos, por fin sea mejor idea que seguir observando con los ojos cerrados como el amor pasa por delante….
Y por fin, parece que Lorraine, la hermana de la niña de Alsacia, sabrá que dar un beso es posible……


Héctor Hernández Bórquez, abogado