CENTENARIO DE LA ESCUELA DE ARTILLERIA DE LINARES

05-06-2021



Continuamos dando a conocer los orígenes de la fundación de la Escuela de Artillería de Linares, desde los primeros afanes de los linarenses, su creación en 1921 y hasta 1930, cuando se consolida en la Provincia y el país. (De nuestro libro inédito, Historia Militar de Linares)

CAPITULO 3

LA NEGATIVA DEL MUNICIPIO DE LINARES
Como se ha expresado en líneas precedentes, una comisión integrada por destacados vecinos, determinó algunas opciones para ubicar el cuartel. Para ello, en agosto de 1908, se reunió con el cuerpo de Alcaldes y Regidores, para precisar los aportes que haría esa entidad con el objetivo planteado. Sin embargo, la Sala expresó que no estaba en condiciones de sufragar gasto alguno con ese fin, todo ello por la unanimidad municipal.
“Echó por tierra – dice un editorial de El Progreso de agosto de ese año – cuanta esperanza se forjaba; deshizo todas las ilusiones y el trabajo de tanto tiempo fuese al abismo de la indiferencia”.
Pero los linarenses, pasada la desazón que produjo la extraña actitud del municipio local, reiniciaron sus esfuerzos, esta vez asumiendo su gestión comunitariamente, encabezada por algunos entusiastas vecinos. Se continuó buscando un terreno y se ubicó uno que parecía adecuado, perteneciente a la sucesión de don Manuel Casanueva, en un valor de $ 16.000. De inmediato se activaron las diligencias para lograr los fondos necesarios. La propiedad - que estaba ubicada en calle Rengo y al camino que, en esa época, daba a la vía de salida al sur, por el Huapi y con destino a Longavì – tenía bodegas, galpones y dependencias adecuadas para albergar a un regimiento.
El predio iba a ser rematado en la cantidad ya precisada, pero éste no se efectuó, fijándose una nueva fecha.
En la discusión planteada, se trajo una vez más a colación el que, en Cauquenes, el Regimiento ocupaba un local destinado a Escuela Normal. En una nota de “El Mercurio” de Santiago de agosto de 1908, se reiteraba que era necesario que las autoridades, tanto de gobierno como militar, tomasen una decisión, no sin antes precisar que Cauquenes tenía un regimiento por “las simpatías de un finado hombre público de este país por aquellos sus fieles electores de la tierra del mosto”. Su sucedió entonces una dura pugna entre Linares y Cauquenes
LA POSIBLE TRAIDA DE UNA UNIDAD MILITAR A LA COMUNA DE RETIRO
El 27 de noviembre de 1908, bajo el elocuente titular de “retrocedemos”, “El Artesanos” de Linares dio la voz de alarma sobre una decisión que se filtró de los poderes públicos: la de trasladar el regimiento desde Cauquenes, a la localidad de Membrillo, en la vecina comuna de Retiro, el que se ubicaría en las dependencias de la antigua fábrica de azúcar de betarraga, instalada en 1900 por la firma Gleysner y que debió cerrar por la desconfianza de los campesinos para sembrar remolacha. Dijo el periódico:
“Choca con alguna ironía con la noticia, pues no deja de ser singular ver semejante disposición gubernamental desde que se creía aquí que nosotros seríamos al cabo agraciados con esa guarnición, dado el trabajo y promesas que se han hecho y se siguen haciendo en Santiago”.
La noticia dejó anonadados a la linarense, o el “linarinos”, como se les denominaba en esa época. Esfuerzos, gestiones, trabajos de comisiones, diligencias a todo nivel, promesas de parlamentarios y altos oficiales, todo se derrumbaba como un castillo de naipes. Se culpó de esto a la apatía de los propios habitantes, a su falta de cohesión, al abandono de los poderes públicos. Incluso se preveía que la ciudad desaparecía de su rol como tal, en la república. En el colmo de su molestia, un editorial de “El Artesanos” expresaba que el principal culpable de este desastre, era el Municipio y su apatía ante los problemas de la comunidad, al que se calificó como una “rémora” que había detenido los mejores proyectos de la ciudadanía.
Con evidente desaliento, los linarenses se enteran que, a principios de diciembre de 1908, la Comisión Mixta de Presupuestos había destinado ciento treinta mil pesos para adquirir los terrenos de la antigua fábrica de azúcar de Retiro (o Membrillo) a fin de destinarlo a un cuartel militar.
Desde luego la frustración es aún mayor, por cuanto Linares sólo requería de veinte mil pesos para comprar la propiedad de don Manuel Casanueva de calle Rengo, cantidad que, como se dijo, el municipio negó, pese a existir un compromiso previo. De la indignación, se pasó entonces a la perplejidad.
De este hecho calificado como inaudito, se culpó a los parlamentarios y su incapacidad para imponerse en esta situación.
Todos pedían al municipio que, de una vez por todas, se pusiese a la cabeza de esta gestión.

JAIME GONZALEZ COLVILLE
Academia Chilena de la Historia

http://www.diarioelheraldo.cl/noticia/-centenario-de-la-escuela-de-artilleria-de-linares | 12-07-2025 09:07:25