16-07-2025
Luis Valentín Ferrada V.
André Maurois, gran intelectual francés del siglo XX, escribió durante el periodo de la terrible Segunda Guerra Mundial : "para sustentar la verdadera libertad, que es un gran bien, hacen falta no sólo instituciones libres, sino una sólida educación moral”.
Seremos dignos de ser un pueblo libre en la medida que cada uno de nosotros haya aprendido a respetar al jefe legal, a soportar la existencia de una oposición, a escuchar los argumentos del adversario y, sobre todo, a colocar el interés del país por encima de las pasiones partidistas y de los intereses creados ". ( " Un arte de vivir", Obras Completas, Barcelona, 1968 , páginas 454-455).
He aquí la correcta doctrina moral dictada por una conciencia sana.
¿Es legitimo desobedecer, trastocar, burlar o resistir las órdenes e instrucciones de nuestras autoridades públicas ?...
La desobediencia a nuestras leyes y autoridades, del color o nivel que sean, aunque no agraden o no se comparta sus ideas, es un mal comportamiento que ningún ciudadano respetable puede cometer. Porque con ello se ofende a su propia familia, a todos los demás miembros de nuestra comunidad nacional, y merece por ello ser sancionado sin contemplaciones.
¿ Es legítimo que alguien aspire a sacar ventajas personales de la situación difícil o de la desgracia que aflige a otro gran número de conciudadanos que se ven impedidos de trabajar o de satisfacer las necesidades mínimas de sus familias, aumentando los precios de los productos básicos, de los remedios, de los servicios esenciales, de los medios que permiten enfrentar de mejor manera el flagelo económico y social que se ha venido desatando en el último tiempo a nivel mundial ?...
Una persona que se aprovecha de la necesidad o de la angustia ajena, especulando para aumentar sus ganancias, es un pésimo ciudadano que debe ser reprochado severamente . Ningún especulador, ningún usurero, ningún ventajista despiadado puede tener sitio en estas circunstancias. Quien actua de este modo no puede reclamar para sí ni el más mínimo respeto.
¿ Es legítimo que un político, a nivel nacional, regional o municipal, intente aprovechar electoralmente el dolor o la inseguridad social en su favor, formulando declaraciones públicas rimbombantes e insensatas, carentes de seriedad, induciendo a mayores confusiones, con el único propósito de hacerse propaganda y autobombo ...? Actuando sobria y eficazmente, en silencio y con gran energía en las acciones , esas autoridades serán mucho más eficaces para la población y, por lo mismo, verdaderamente respetables y dignos de confianza.
De capitán a paje todos deberíamos actuar en estos días inciertos con la mayor prudencia, generosidad y humildad personal. Todas las especulaciones son malas, y en tiempo de crisis se tornan peligrosas para todos. Inducir a confusiones produce agravamiento de los problemas, los que de por sí ya son suficientemente graves.
Los ciudadanos debemos adoptar una actitud de obediencia y respeto por que más nos pesen en lo personal. Y las autoridades deben conducirse ocupando la prudencia y dándose por completo al servicio de la población, sin pedir nada para sí.
En resumen, los deberes de conductas ciudadanas obligados, pueden resumirse de este modo:
1. Cada ciudadano debe respetar las instrucciones y ordenes de la autoridad legal con adhesión y aunque mucho nos pesen ;
2. Cada autoridad, debe atenerse al marco estricto de facultades que la ley les concede, y no excederse en atribuciones que no poseen; sin cometer en sus desempeños abusos ni desbordes. Así se evitan las falsas noticias, las desorientaciones y las faltas de coordinación en la aplicación eficaz de las medidas de corrección;
3. Nadie tiene derecho para aprovecharse indebidamente de las circunstancias negativas , creyendo que ellas son una "oportunidad" para obtener ventajas personales, lucro o ganancias ilegitimas. Debe pesar sobre ellos el cargo de miserables especuladores o usureros.
4. Los políticos no deben especular electoralmente ofreciendo lo que no pueden dar, creando falsas expectativas o expresando opiniones infundadas que no caben sino en sus cabezas codiciosas de falsa popularidad.
La unidad social es la base para salir de las difíciles circunstancias de una crisis que amenaza a nivel mundial.
Pero no basta la unidad. Se necesita que esa unidad se base en un espíritu de superación común, orientada en una doctrina y moral humanista, socialmente disciplinada, y provista de una activa y noble solidaridad de unos con otros compatriotas.
La historia de Chile demuestra que aspirar por lo anterior no es una vana ilusión, ni una quimera ni una fantasía imposible. En el pasado, en diferentes oportunidades, nuestra Nación se alzó sobre los peligros y amenazas que acechaban con una inmensa fuerza social compartida; y esa fuerza emergió junto con el despertar de los sentimientos que en el alma de nuestro pueblo parecían hasta entonces dormidos.
http://www.diarioelheraldo.cl/noticia/-restaurar-nuestra-democracia-moral-la-gran-tarea-del-momento- | 19-07-2025 05:07:49