Antaño, Alameda de las Delicias -Hogaño, Alameda Valentín Letelier-

24-08-2022



La Alameda se inició en 1843, adquiriendo su fisonomía con plantaciones que hicieron los señores Juan Cruz Benítez y Anselmo Tapia de los álamos recibidos de D. Antonio Mendiburo, vecino de Loncomilla. El trabajo fue difícil, debido a una invitación del Cabildo, donde varios vecinos aportaron con yuntas de bueyes a emparejar el terreno para la plantación de álamos.
La Alameda con álamos piramidales estuvo hasta 1889, cuando se cortaron y reemplazaron por encinas. En el Cabildo de 1889, algunos ediles, sin temor a la crítica, impidieron que se cortaran todos, dejando la hilera de álamos entre Chacabuco y Comercio (M. Rodríguez, hoy).
Agosto de 1933 se derriban las encinas, del resto de la Alameda, ya que en 1932 se habían sacado las encinas de la cuadra (frente al actual Cuerpo de Bomberos); colocándose, plátanos orientales. Nadie alzó la voz para mantener la tradición de tener álamos en la alameda.
Al transformarse la Alameda, desapareció el antiguo Parque de los Bomberos (frente al actual edificio de Carabineros) y se dejó únicamente la pileta que existía antes.
La formación del nuevo parque, con un trazado a cargo de José Vittone, continuó con la siembra de pasto y arreglo de los bancos de cemento. Enero de 1934, el Parque de la Alameda recibió los últimos retoques. Registro existente en la base de uno de los leones en el lugar (frente al Colegio Amelia Troncoso).
Mayo de 1934 se hizo desaparecer el Parque español, iniciando la construcción de una plaza de juegos infantiles, un par de glorietas y una cancha de básquetbol (donde estuvo el terminal de buses; hoy Casa de la Cultura).
Junio de 1934 son arrancadas las palmeras que bien pudieron dejarse como recuerdo del Parque de los Bomberos; en lugar de ellas fueron plantadas otras. La medida recibió una crítica, de la Revista LINARES, 1939).
Se continúa instalando plátanos orientales (28 de junio de 1934); donde estaban las cuatro nuevas palmeras, se ubican dos leones de mármol que antes estuvieron en el antiguo Hospital San Juan de Dios (Valentín Letelier, entre Januario Espinosa y Carmen).
En 1850, nadie pensó en su extensión, pero en las actuales circunstancias (1939) es imposible por los caudales públicos en juego. Una alameda de Linares a San Antonio significaría uno de los progresos más grandes para Linares por Maipú, Porvenir o Bellavista, hacia el oriente.
Las elecciones de diputados y senadores le dieron, por años, un aspecto digno de ser recordado al sector de Manuel Rodríguez a Lautaro. Allí se instalaban las mesas receptoras de sufragios, que la ley disponía (1915). El tiempo solía producir algunos trastornos; a una mañana luminosa seguía una tarde de lluvia torrencial. Entonces había que partir, con registros y todo, a una casa vecina a continuar sufragando. Por ello, después de 1928 estos actos se verificaron en el Liceo y luego en la Escuela de Artillería.
Poco ambiente de un contraproyecto de los regidores de 1939; que se oponen al cambio de nombre (propuesta del alcalde), de Alameda las Delicias por Alameda Valentín Letelier. Esa es otra parte de la historia,
El 7 de febrero de 1941 hubo retreta en la Alameda, restableciendo la antigua costumbre de alegrar el barrio, que realizó la Banda de la Escuela de Artillería. En años pasados la tocaba el Orfeón Municipal, dirigido por el Maestro Villagra (1941). (Bibliografía: Revista LINARES)

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