Diálogos del Futuro en la Universidad Autónoma de Talca

26-07-2022



Luis Valentín Ferrada V.

Son las doce del día y el Aula Magna del hermoso edificio de la Universidad Autónoma, sede Talca, espléndida y anchurosa sala, se encuentra en animoso desorden colmada de una crecida concurrencia de jóvenes estudiantes, académicos y autoridades. (Para que nada falte, también un pequeño y organizado grupo de protesta que, altoparlante en mano, interrumpirá vociferante en representación de alguna de las mil minorías chilenas sindicalizadas, que suplen la falta de adherentes con enardecidos gritos al servicio de algún fanatismo irreverente). Estamos en una Universidad, esto es, la institución que trabaja buscando la unidad en la diversidad, gracias al pensamiento superior.
Preside el acto Claudia Mora, Vice-Rectora de esta Academia, Doctora en Educación, señora extremadamente fina, culta, acogedora, con modos propios de una maestra superior que bien sabe cuánto significa prestar atención a todo y todos para enriquecer el acervo intelectual de una sociedad que lo anhela, reclama y necesita.
La reunión convoca bajo el sugerente título de DIALOGOS DEL FUTURO, con el fin de reflexionar acerca de tres temas cruciales de la humanidad contemporánea: la Inteligencia Artificial como realidad en marcha; los Neuro Derechos como derechos humanos de última generación, que deben protegerse con urgencia; y, los Principales Desafíos de la nueva civilización en ciernes, que de futuro les queda muy poco porque, hoy mismo, ya constituyen el más delicado reto a la humanidad del presente, a nivel global.
Tres brillantes expositores y un coordinador profesional bien preparado hacen las presentaciones: Tomás Vera, investigador experto en Inteligencia Artificial; la joven e inteligente Doctora en Derecho, María Isabel Cornejo, experta en Neuro Derechos; y, el talentoso y agudo médico Guido Girardi, (quizás un feliz ex político … como quien escribe), a quien nadie negará el innegable mérito de ser u haber sido quien más ha echado las campanas al vuelo procurando advertirnos sobre los inmensos desafíos humanos que encierra el gran tránsito en que nos encontramos hacia una nueva civilización, substancialmente distinta de la que hemos conocido.
Durante el desarrollo de las exposiciones – el aula dominada por ese silencio revelador de aquella extraña mezcla de sentimientos conformada por la admiración hacia lo desconocido que se devela en nuestra mente; las naturales inquietudes que provocan en la conciencia aquellos saltos inconmensurable hacia nuevos espacios impensados, que suelen parecerse a los abismos; y los justos temores originados en la incerteza de si seremos o no capaces de hacer de nuestras propias creaciones – no “vuela una mosca”. Con grave quietud se oye lo que las ciencias predicen en la vecindad inmediata.
Es seguro que todos piensan: ¡ Si instrumentos o herramientas bajo nuestro dominio exclusivo, sirvientes del crecimiento de la persona como ser de conciencia libre y espíritu superior!... ¡No monstruos artificiales devoradores de nosotros mismos … creados por nosotros mismos! …
Al término del encuentro este aguijón, lejos de disiparse se instala por momentos, en nuestra intimidad, como sol iluminador del nuevo tiempo; y, en otros también como pesada sombra o húmeda niebla de desasosiego, angustia, presagios del mayor peligro humano.
Aquello del metaverso y los nuevos espacios cibernéticos o dimensiones virtuales que permiten crear mundos imaginarios, ilusorios, fingidos, irreales y compartidos… en los que se pueden vivir otras vidas, llegando incluso a amar a quienes nunca existieron ni conocimos… más allá de la realidad construida por el diseño de un algoritmo que nos dirige, colocando en nuestros cerebros otros dioses, destinos, sentidos, identidades y formas de ser diferentes, es cosa de tomarla muy en serio, porque ahora mismo es parte de la actual realidad. La anti realidad que hasta ayer, como metáfora, fue solo arcilla propia de la poesía y la anti poesía es ahora metaverso digital al alcance creciente de todos.
Mi alma – conservadora progresista – no comete el error de negar el camino nuevo hacia donde marcha la humanidad; pero se resiste a olvidar a Calderón de la Barca (1635) cuando hace exclamar a Segismundo: “¿Qué es la vida?... Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.”
En cierto sentido, también hay un metaverso en la proclamación de Calderón. Uno que provee al alma de amplias alas para volar en las alturas del humanismo superior. En cambio, el que ahora se nos propone (o impone) puede cortarnos las alas y quizás el alma misma… sin que nos demos cuenta.
¡Gracias Universidad por ayudarnos a proteger las alas del alma!



http://www.diarioelheraldo.cl/noticia/dialogos-del-futuro-en-la-universidad-autonoma-de-talca | 13-07-2025 12:07:02