EL DÍA DE LA VERGÜENZA EN IQUIQUE

29-09-2021




Los ataques xenófobos de chilenos a inmigrantes venezolanos en Iquique, al grito desaforado de “No más migrantes”, mientras quemaban las carpas y pocas pertenencias de familias que allí acampaban, ante la mirada angustiada de mujeres y niños y a un día de un desalojo masivo por parte de carabineros en la Plaza Brasil, merecen nuestra absoluta condena. Este día de la vergüenza incitando al odio recuerda episodios que anticiparon genocidios durante el siglo XX en Alemania, el sur de Estados Unidos, Sudáfrica o Palestina, para imponer supremacía racial y opresión a seres humanos, que no se pueden repetir.

Las mediáticas expulsiones del Gobierno de Sebastian Piñera de inmigrantes llegados a Chile a través de Colchane y otros pasos fronterizos, uniformándolos con impermeables blancos y rodeados de policías, los han estigmatizado como seres despreciables y provocado reacciones nacionalistas que reivindican fronteras policíacas y que equiparan el ingreso de personas al país con delitos de ingreso de armas y droga. El Gobierno gestiona una política migratoria administrativa y policialmente, cuando se requiere enfrentar una crisis humanitaria de origen político, socioeconómico y cultural. Mientras la migración forzada es un efecto de la globalización, la política migratoria y de fronteras de Chile es nacionalista.

La aporofobia o el miedo a los pobres alimenta el rechazo a los inmigrantes. No se les rechaza por extranjeros, sino por pobres. Y rechazar al pobre es decirle que no existe. Nadie cuestiona que sean millonarios cantantes o futbolistas extranjeros los que llegan a nuestro país. Los cruceros atracan sin problemas en Valparaíso y los vuelos llegan puntualmente a Pudahuel desde los países más ricos del mundo. El miedo a los inmigrantes se convierte en rechazo porque se han provocado intencionadamente procesos mentales que anulan la compasión por el otro por parte de ideologías, medios de comunicación y candidatos presidenciales que alimentan diariamente esos procesos, señalando a los inmigrantes pobres como culpables de la pobreza y el desempleo del país, afirmando que no son fruto de las condiciones estructurales de vida que dejan a muchos a la orilla del camino, sino que el resultado de su propia responsabilidad. En esa ideología los inmigrantes pobres son percibidos como amenaza y culpabilizarlos anula la empatía, permite que se les odie y se les persiga.

Pero el poblamiento mundial es producto de la migración. Comunidades de cazadores y recolectores iban de un lugar a otro del globo por alimento y refugio durante milenios. El ser humano ha vivido más tiempo como nómada que como sedentario, el asentamiento del homo sapiens comenzó recién cuando descubrió la agricultura hace 10 mil años. La migración es un derecho humano ancestral. Negarlo es negar a la humanidad misma. A América llegaron hace 30 mil años las primeras olas migratorias por el estrecho de Bering, hace 500 años esos pueblos originarios se mezclaron con la inmigración europea y los últimos años América Latina ha vivido un proceso de integración que estimula el desplazamiento de su población y Chile, con años de crecimiento económico y estabilidad política, es atractivo para la migración internacional.

Asistimos a la más grande crisis migratoria y sanitaria desde la Segunda Guerra Mundial. Cada minuto ocho personas lo dejan todo para huir de la guerra, la persecución política o racial o el hambre en Haití, Venezuela, Siria o Afganistán. 80 millones de personas han abandonado sus hogares de manera forzosa en el mundo. Todos ellos buscan refugio porque el que poseían lo han perdido. La marcha del inmigrante es el drama humano de abandonar la propia tierra, la familia y los dioses, para ir a lo desconocido. Es el desposeimiento que los convierte en desposeídos.

Lamentablemente el año 2018 el Gobierno de Chile rechazó firmar el Pacto Mundial para la Migración de Marrakech que busca evitar sufrimiento por la crisis migratoria mundial. La respuesta del Gobierno a la crisis humanitaria militarizando la frontera norte, expulsando personas en situación de refugio, incumpliendo el debido proceso y estándares internacionales de derechos humanos la han agudizado, cuando el único camino posible es caminar juntos de la mano en la caravana humana, siendo parte de la muchedumbre que cruza océanos y fronteras y anda el desierto en América, África o Medio Oriente. Solo el caminar juntos despertará la esperanza. El porvenir es lo que podamos empezar juntos.



Lorenzo Martínez H.
Presidente Regional Maule
Partido Socialista de Chile

http://www.diarioelheraldo.cl/noticia/el-da-de-la-vergenza-en-iquique | 30-06-2025 11:06:09