INDIGNAOS, EL CAMINO PARA ACABAR CON LA CORRUPCIÓN

18-01-2022




Hablar de corrupción en nuestra época se ha vuelto habitual, hay una gran preocupación en torno al tema. Su carácter putrefacto y sistemático, me lleva a tocar acerca de ello.
Etimológicamente con corrupción describimos un proceso en cuya dinámica lo que se encuentra unido y junto se separa, se quiebra, se disgrega, se descompone. Por tanto, la corrupción implica la connotación de mentir, sobornar, viciar o pervertir a alguien ya que su supuesta e inquebrantable honradez salta por los aires.
Con lo anterior nos damos cuenta que esa idea de que Chile no era un país corrupto no solo ha quedado atrás, sino que también ha sido enterrada. Con el tiempo nos hemos dado cuenta de que la corrupción ha estado vigente por años y que opera a la orden del día sin mayores obstáculos.
Esto mismo ha provocado en la ciudadanía una sensación de hastío e impunidad. Y aun cuando somos conscientes de la corrupción y sus formas de proceder, seguimos conociendo escándalos que deterioran la fe pública.
La corrupción nos lleva a la indignación. Es lo que escribió Stéphane Hessel, autor del panfleto de 32 páginas ¡Indignaos!. ¡INDIGNAOS!, les dice Hessel a los jóvenes, la indignación nace la voluntad de compromiso con la historia. Debemos tener nuestro motivo de indignación. Cuando algo nos indigna nos comprometemos con una causa.
Hoy existen razones suficientes para indignarse, pareciera que todo está corrompido: “salud precaria, educación segregada, jubilaciones miserables, políticos corruptos, sacerdotes abusadores, obispos encubridores, sobornos, pago de favores, tráfico de influencias, representantes de grupos de intereses que llenan los bolsillos de algunas autoridades públicas a cambio de contactos y favores, el abuso de la naturaleza y la destrucción del medio ambiente con meros fines de enriquecimiento particular, etc.” Pero a todo esto, la peor actitud es la indiferencia. Hay que mirar a nuestro alrededor, encontraremos hechos que justifican nuestra indignación.
Pero nos surge la interrogante ¿nos quedamos solo en la indignación? No, Hessel aboga por una insurrección pacífica contra el consumo masivo, contra el desprecio a los más débiles y contra la competencia de todos contra todos. Ataca el poder del dinero que tanto combatimos, nunca fue más insolente y egoísta, con servidores en las más altas esferas del Estado. Por último, nos anima a cambiar las cosas apelando al sentimiento que anida en todos nosotros: la rebelión contra la injusticia. Estamos ante un alegato contra la indiferencia dominante y a favor de la insurrección pacífica de la ciudadanía.
Si algo nos enseña el mapa de la corrupción en cualquier parte del mundo y en cualquier época, es que sólo los liderazgos valientes y decididos pueden acabar con el problema, superando la indiferencia popular y manteniendo una actitud vigilante e intransigente frente a los comportamientos corruptos.



Angel Arellano Hernández
Lic. en Ciencias Religiosas

http://www.diarioelheraldo.cl/noticia/indignaos-el-camino-para-acabar-con-la-corrupcin | 30-06-2025 10:06:48