Límites y errores de la IA

17-06-2025



Dr. Manuel Reyes
Facultad de Ingeniería UNAB

Vivimos inmersos en una época donde la inteligencia artificial generativa (Gen AI) ha dejado de ser una promesa futurista para convertirse en una herramienta presente, cotidiana y, a veces, casi invisible. Desde lo lúdico hasta lo profesional, su uso se ha sistematizado en múltiples dimensiones de la vida: niños transformando sus rostros en versiones al estilo Ghibli, médicos utilizando algoritmos para interpretar imágenes de resonancia magnética, estudiantes que aprenden idiomas mediante diálogos con modelos conversacionales, o directores que esbozan películas enteras con ayuda de IA.
Este avance vertiginoso ha traído consigo una explosión de creatividad y eficiencia. Se crean guiones, animaciones, planes de negocios, traducciones técnicas y simulaciones científicas con una rapidez y precisión nunca vistas. La promesa es clara: la inteligencia artificial no reemplazará al humano, sino que lo potencia. Pero con esta capacidad aumentada también viene una advertencia silenciosa, pero fundamental: errar IA est.
Porque sí, aunque las respuestas de las Gen AI son cada vez de mayor calidad, siempre existe un margen de error, imprecisión o desajuste contextual. Por ejemplo, al pedirle a un generador de imágenes que represente un bosque chileno esclerófilo, con quillay, peumo y boldo, la IA puede representar un paisaje frondoso… lleno de pinos. Lo cual no es un error técnico, pero sí cultural, ecológico y simbólico. Otro caso más sutil: al pedir resolver un problema de álgebra de forma simbólica, una IA puede entregar una respuesta exacta pero desarrollada de un modo que omite pasos clave, dificultando su comprensión por parte del estudiante.
También hay limitaciones estructurales. Las Gen AI aprenden de los datos disponibles, y esos datos reflejan los sesgos del mundo. Por eso es posible generar una imagen de Ernesto Che Guevara jugando con niños, pero no una de Adolf Hitler, aunque ambos sean figuras históricas. La línea ética ha sido trazada de manera arbitraria por las políticas de quienes desarrollan los modelos. Esas políticas también afectan las capacidades: en ciertos casos, herramientas que antes ofrecían funcionalidades poderosas han visto recortes, principalmente por razones comerciales o de control de uso.
Y, sin embargo, renunciar al uso de la Gen AI porque "se equivoca" o "no hace todo lo que quiero" es un error estratégico. Su aporte a la productividad es inconmensurable. La frase que debería resonar como advertencia es: “cualquier cosa que se crea que una IA puede o no puede hacer, a la semana siguiente podría cambiar”. Y no es exageración: las capacidades crecen, mutan, se entrecruzan. La IA de texto aprende a ver imágenes; la IA de imágenes aprende a generar código; y la IA de código ahora puede razonar en lenguaje natural.
El futuro de estas tecnologías es incierto, sí. Pero hay algo claro: no se detendrán. Quienes no estén al día quedarán rezagados táctica y cognitivamente. Ante esta transición histórica, la mejor estrategia es mantener una actitud abierta, ensayar toda IA que llegue a nuestras manos, aprender con ellas y, sobre todo, enseñar a nuestras hijas e hijos a hacerlo. No como un lujo, sino como una urgencia. Porque en este mundo nuevo, entrenarse es también protegerse.



http://www.diarioelheraldo.cl/noticia/limites-y-errores-de-la-ia | 17-06-2025 01:06:44