18-06-2024
Juan Mihovilovich
El texto reza en su portada que estamos ante un «Manual para estudiantes de la carrera de pedagogía en castellano y comunicación», esto es, de un ensayo dirigido a quienes buscan desarrollar una carrera específica y, por ende, se podría anticipar que se trata de un libro destinado a especialistas.
Sin embargo, a poco andar en su lectura vamos aprendiendo de ella, no sólo su natural especificidad, que resulta obvia, sino que, además, nos obliga a adentrarnos en una parte sustantiva de la historia de la humanidad, a través de una prosa asequible a un lector medianamente común, no del todo familiarizado con aspectos más versados en la materia y que pudieran parecer engorrosos o de comprensión enrevesada, apreciación que se desvanece al correr de sus páginas.
Mabel Arratia Fuentes (1944 – 2023) ha diseñado un ensayo que nos hace incursionar en un fragmento significativo de la literatura universal, partiendo de un análisis histórico implícito, de una secuencia de hechos en los que va encadenando la épica poética, con fenómenos que hicieron de Europa ese continente que miramos de lejos, como si nuestras procedencias estuvieran ocasionalmente desligadas de ese amplio territorio que se denomina España, en lo particular.
La autora nos hace comprender de qué manera el idioma del que somos parte se desmenuza a través de un riguroso análisis de los géneros literarios predominantes en los siglos que instauraron el medioevo: la poesía lírica, la poesía narrativa medieval, la épica castellana con el imponente Cantar del Mío Cid, en fin, hasta ir desmenuzando a Mester de juglaría, Mester de clerecía, la prosa en la Edad Media, la literatura del siglo XV en España, la excelsa figura de Jorge Manrique, El romancero, hasta terminar con los alcance al teatro medieval español.
Donde lo anterior y más, se presenta bajo una descripción acabada de las obras más representativas de cada período analizado.
Es, por consiguiente, un trabajo que abarca con amplitud y que esquematiza con elegancia ese vasto periodo de la humanidad, por extensión. Y lo destacable es que las menciones especificas no desvirtúan el carácter de la historia.
Al contrario: la concentran en el agudo retrato de la poética estudiada, la hace revivir en la vastedad de la prosa y la condensa en un estudio pormenorizado de la literatura, asociada a la cultura de una época plena de acontecimientos, que marcaron el presente y futuro de España y de Europa, por consiguiente.
Como no rescatar luego la excelsa personalidad de un personaje épico como el Cid, que nos refuerza el carácter de un temple único, de quien redime los valores más caros del realismo con una sobriedad original y que la ensayista relaciona con nitidez, como un poema que evidencia a una España tal cual es, por encima de los alcances del mero cronista.
El juglar anónimo entonces, emerge caracterizando al Cid, Rodrigo Díaz de Vivar, como un héroe de múltiples batallas, que supera su condición de desterrado del Rey Alfonso VII, que recupera con su aceptación de vasallo irreductible, el honor del que fuera despojado, su aceptación de la soberanía monárquica y, sin embargo, su elevación casi mística de ser un elegido que debe reinar como ser humano íntegro, categoría que lo encumbra a ser protagonista admirado y respetado por la nobleza, el clero y el pueblo.
http://www.diarioelheraldo.cl/noticia/literatura-medieval-espanola-la-matria-en-forma-de-idioma-primera-parte | 10-05-2025 06:05:11