¿Por qué fracasan algunas políticas públicas locales?

15-05-2025


Gerardo Garino, académico

Cuando una política pública no da resultado, muchas veces se culpa al contexto. Pero casi siempre, la falla está en el diseño, en la ejecución o en la falta de conexión con quienes viven el problema.
Diagnóstico sin escucha, recetas sin territorio.
Una de las causas más frecuentes del fracaso de las políticas públicas locales es el error de origen: diagnosticar desde el escritorio, lejos de la realidad concreta. Se hacen estudios, se analizan cifras, se replican experiencias foráneas, pero no se escucha a quienes viven el problema en carne propia. Y sin ese ida y vuelta con el territorio, cualquier decisión corre el riesgo de volverse letra muerta o, peor aún, de generar más rechazo que adhesión.
No es una cuestión ideológica. Es una cuestión de método. Diseñar buenas políticas requiere tiempo, capacidad de adaptación y una dosis honesta de humildad. Porque ninguna oficina (ni la más técnica, ni la más bienintencionada), sabe más que la experiencia acumulada de quienes están todos los días enfrentando la realidad.
Lo urgente tapa lo importante.
En muchos municipios se trabaja con el agua al cuello. Las demandas sociales se acumulan, los recursos son escasos y la presión política es constante. En ese entorno, no es raro que las políticas públicas se reduzcan a respuestas inmediatas: planes cortoplacistas, eventos visibles, o medidas que buscan impacto más que transformación. Pero lo urgente no siempre es lo importante.
Una política pública robusta debe pensarse para perdurar, incluso cuando cambian los gobiernos. Y eso implica una planificación que contemple metas progresivas, sistemas de evaluación claros y flexibilidad para ajustar lo que no funcione. Sin esa lógica, el resultado es un archivo de programas que se inician con fuerza y mueren en silencio.
Política sin gestión, gestión sin propósito.
Otro de los errores comunes es confundir la política pública con el anuncio, y la gestión con la ejecución sin rumbo. Se lanzan iniciativas con entusiasmo, pero sin estructura detrás. Falta coordinación entre áreas, los equipos técnicos no están formados o no se les da lugar, y no hay indicadores para saber si se avanza o no.
En mi experiencia, una política pública local exitosa es aquella que logra construir una narrativa coherente entre el problema, la solución propuesta, los actores involucrados y los resultados esperados. No hace falta que todo sea perfecto, pero sí que cada parte se conecte con sentido. Y eso requiere algo tan básico como escaso: dirección.
De la voluntad a la transformación.
No se trata de echar culpas ni de desalentar el compromiso. Al contrario. Se trata de comprender que gestionar lo público exige profesionalismo. Y que, en tiempos de desconfianza y desencanto, la mejor forma de reconstruir legitimidad es hacer las cosas bien. No sólo con buenas intenciones, sino con planificación, con método y con un profundo respeto por las personas a las que se busca beneficiar.



http://www.diarioelheraldo.cl/noticia/por-que-fracasan-algunas-politicas-publicas-locales | 15-05-2025 01:05:21