Tiempo de fuego

20-06-2025



El sol se tendió por completo sobre el horizonte, dejando el sur apenas bañado por una luz tenue, mientras los seres vivos se sumían en un silencio denso, casi sagrado, como si la tierra misma se recogiera para dar lugar al invierno. Así podríamos describir la llegada de esta nueva estación, que coincide con el receso escolar. Esto aligera el ritmo de calles y carreteras, transformando la ciudad en un espacio suspendido, casi irreal, cuando la niebla espesa, lluviosa, lo envuelve todo con su manto fantasmal. Entonces, el fuego se vuelve un tesoro preciado, como lo ha sido desde que aprendimos a dominarlo. Un brasero, una estufa a combustión lenta, un radiador eléctrico o una cocina de humo se transforman en refugios naturales, que invitan a la conversación serena, al encuentro cálido en medio de estas horas oscuras pero fértiles para el alma.
Si encienden fuego en un brasero, no olviden echarle sal los martes, para espantar a los brujos que salen a volar, y azúcar los viernes, para que la dulzura se quede en la casa. En la estufa a combustión lenta, una ollita con hojas de eucaliptus y cáscaras de naranja o limón no solo perfuma el ambiente, sino que libera terpenos —compuestos orgánicos presentes en muchas plantas, responsables de sus aromas y parte esencial de su defensa natural frente a hongos, bacterias y depredadores—, trayendo con ellos algo de la medicina de antaño. Y si tienen la dicha de reunirse en una cocina de humo, de esas donde se montan camastros cubiertos con mantas mullidas y cueros de caprino sobados por años de arreos, alrededor de una fogata que espanta el frío y la lluvia, entonces bastará con unas teteras para los mates, unas churrascas al rescoldo y unos tiros de charqui, para comenzar a recordar el verano que ya se fue y mirar de frente el invierno que llega, con respeto, con gratitud, con la certeza de que también trae su cosecha silenciosa.
En serio que las conversaciones que nacen alrededor del fuego comienzan con risas y evocaciones y terminan en profundas reflexiones, que las más de las veces son para uno mismo que para quienes nos acompañan, como si el fuego y su chispear de intensos colores nos llevara a poner en práctica la frase de Sócrates "La vida no examinada no vale la pena ser vivida" y podríamos comprender la desconexión del diálogo interno… nos han quitado el fuego y llenado los oídos de ruido.
El invierno, entonces, no es solo una estación del año, sino un tiempo para recogerse, para volver al centro del hogar y del alma. Entre el humo que asciende lento y las voces que se entrelazan en torno al fuego, aprendemos a valorar lo esencial: el abrigo compartido, la memoria viva y ese calor antiguo que, desde siempre, nos reúne y nos sostiene. Buen invierno para todos!

http://www.diarioelheraldo.cl/noticia/tiempo-de-fuego | 20-06-2025 01:06:54