27-02-2025
Cuando la naturaleza se desata con furia, no hay margen para la improvisación. Terremotos, huracanes, inundaciones y erupciones volcánicas han demostrado una y otra vez que la rapidez y eficacia en la respuesta de las autoridades pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte, entre el caos y la resiliencia.
En las últimas décadas, el mundo ha sido testigo de tragedias evitables o, al menos, mitigables si los gobiernos hubieran actuado con mayor previsión. Planes de emergencia inadecuados, falta de coordinación entre instituciones y, en muchos casos, desidia, han costado miles de vidas. Sin embargo, también hay ejemplos de éxito: países y regiones que han convertido la preparación en una prioridad, logrando reducir significativamente el impacto de los desastres.
La clave está en tres elementos fundamentales: prevención, respuesta inmediata y reconstrucción. La prevención implica educación, infraestructura resistente y sistemas de alerta temprana efectivos. La respuesta inmediata requiere protocolos claros y equipos capacitados que reaccionen con precisión. La reconstrucción, por su parte, debe centrarse en no repetir errores, sino en fortalecer comunidades ante futuras amenazas.
La naturaleza no avisa con anticipación exacta, pero sí deja advertencias. Y saber reaccionar no es una opción, sino una obligación.
http://www.diarioelheraldo.cl/noticia/un-nuevo-27f-y-el-rol-de-la-autoridad-en-una-emergencia | 08-05-2025 12:05:39