lunes 21 de julio del 2025
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Opinión 18-07-2024
Cine para Adultos
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Gonzalo Guerrero

Abogado


Killing Them Softly (Andrew Dominik, 2012). Disponible en Amazon

“Estados Unidos no es un país, es un negocio. Ahora págame mi dinero”. Eso dice Jackie Cogan (Brad Pitt) al “conductor” (Richard Jenkins) que lo había contratado e intentó bajarle a la fuerza los honorarios, “precios de crisis”, le dijo el conductor. La escena final en el bar, con estos diálogos, y el discurso de Barack Obama cuando salió Presidente que suena de fondo, vale esta película.

La trama es sencilla: tres tontos roban un juego de cartas de la mafia. La cabeza es Johnny Amato, papel de Vicent Curatola quien salió en Los Soprano como Johnny Sacks. Los ejecutores son Frankie (Scoot McNairy) y Russell (Ben Mendelsohn), dos tipos en la misera, la llamada white trash, drogadictos, ex presos, metidos en negocios ilegales de baja monta, como micro tráfico de drogas y robo de perros de raza. Después del robo, la mafia decide investigar y enviar un mensaje. Por eso contactan a Jackie Cogan. La película intenta contarnos esa situación, es a ratos lenta pero bien filmada. No pasa demasiado y, al ser tan corta la trama, la película se alarga gracias a los personajes, situaciones graciosas y excelentes actuaciones, como la James Gandolfini, quien hizo a Tony Soprano en la mejor serie de la Historia. Ahí es un tipo poco simpático que vive de una reputación pasada, con problemas de control de impulsos y alcoholismo, que termina no cumpliendo su labor de sicario. También, el personaje de Markie Trattman, el mafioso a cargo de la seguridad del juego robado, lo hace Ray Liotta. Su experiencia como actor en estos papeles se ve, pero en este caso es un perdedor y le sale muy bien. Salen actores que han estado en películas y series del género, como Los Soprano, Narcos, Goodfellas.

Esa es la trama. Ahora bien, esta vez hagamos un comentario de los temas, del simbolismo y de la crítica social. Un Estados Unidos en decadencia, con la crisis sub prime de fondo y la elección del 2008 donde fue electo Barack Obama, quien representaba una esperanza y sueños para muchos, que terminaron mal, con guerras y una política exterior que la estamos viviendo hoy con conflictos en Ucrania, medio oriente, Corea y Formosa. Esto se ve en las locaciones, el tejido social roto, en barrios destruidos, personajes al límite, mal vestidos y desaseados, y en donde hasta la mafia se ha puesto burocrática e impersonal. Un país que es un negocio y donde la codicia se hace parte del sistema hasta degenerarlo por completo, donde incluso los bajos mundos en donde lo que le quedaba era la palabra, la reputación y un trabajo bien ejecutado, está en decadencia y crisis. Ya nadie se salva, ni los malos ni los buenos. El sueño americano acabó. La codicia hundió la economía del mundo el 2007 y la falsa esperanza con un populismo marketero hundieron la política. En la película el personaje de Brad Pitt, quien es un sicario, también dice que les gusta matarlos de lejos, suavemente, no de cerca, porque se producen situaciones muy emotivas. Quise traer esta película y esas reflexiones por lo sucedido en el atentado al candidato Trump. Quizás, porque su muerte no sea cosa de sólo un fanático loco, sino de negocios, pues querer detener las guerras en curso resulte en un desastre para todo el complejo militar industrial junto con los medios de comunicación masivos dueños de la narrativa.
Freddy Mora | Imprimir | 759