domingo 19 de mayo del 2024
El Diario del Maule Sur
FUNDADO EL 29 DE AGOSTO DE 1937
Hoy
Opinión 08-05-2024
LA INSTRUCCIÓN PRIMARIA OBLIGATORIA Y LINARES
Jaime Gonzàlez Colville
Academia Chilena de la Historia


Trabajamos en la Historia del Liceo, que este año cumple un siglo y medio de vida. Pero hemos ampliado nuestro prisma a toda la educación local en el siglo XIX. Tras la fundación de Linares, la educación fue un problema no resuelto, pese a que las autoridades del Cabildo y la parroquia, como aconteció en Talca, intentaron algunas acciones. En oportunidades esa obligación fue asumida por particulares, en otros por los eclesiásticos y, en ocasiones los cabildos, pagaban a un “preceptor”, que usualmente era un vecino de buena voluntad.
En la segunda mitad del siglo XIX, la cantidad de habitantes de Linares no excedía los seis mil y su opción de efectuar exigencias ante los poderes públicos era menguada, en relación a otras ciudades de la zona, como Talca, Curicó o Cauquenes, esta última capital de la Provincia de Maule. Pese a ser cabecera de Departamento, Linares carecía prácticamente de todo: no tenía establecimientos de beneficencia, instituciones sociales, cuerpos de gendarmería y, como se ha dicho, colegios adecuadamente dotados para impartir las primeras letras.
Hasta 1840, la educación fue responsabilidad del Cabildo (antecesor del municipio) el cual mantenía una escuela para niños, a cargo de un preceptor. Cuando se fundaron las fiscales, este colegio se suspendió.
Ahora, si bien la primera escuela formal de Linares se fundó el 26 de mayo de 1845, en un informe enviado al Cabildo en 1843, en los departamentos de Linares y Parral existían 20 escuelas que albergaban 376 alumnos, educandos que estaban repartidos de la siguiente forma: Linares 96, Longavì 12, Catentoa 33, Loncomilla 57, Yerbas Buenas 43 y Parral 135. La única escuela fiscal era la de Parral. Linares era sostenida por el Cabildo y todas las restantes eran particulares. Las localidades de Catentoa, Loncomilla y Yerbas Buenas contaban con cuatro escuelas particulares cada una, mientras que Parral tenía cinco.
Hasta ese instante los establecimientos sólo recibían hombres en su matrícula, de manera que en 1850 el municipio linarense, en sesión del 11 de julio de 1850, resolvió pedir al gobierno la creación de una escuela para niñas, a través de una subvención de veinticinco pesos mensuales. El objetivo se cumplió. Un acto pionero en el país.
Andrés Bello, en su primera memoria universitaria de 1848, expresaba la existencia de una desproporción en el porcentaje de ilustrados en el país, toda vez que el promedio de los que recibían educación en toda la república no pasaba del tres por ciento. En nuestra zona, Talca tenía un porcentaje mayor, pero según los datos de Bello, no más de la sexta parte de los niños en estado de educarse concurrían a las aulas, pese a la creación de juntas provinciales para supervigilar a las escasas escuelas existentes, similar a lo que hacía la Facultad de Humanidades de Santiago y muchos de estos organismos, entusiastas al principio, después hicieron esporádicas sus sesiones. Linares, desde luego no es mencionado.
Ahora bien, fundado el Liceo el 22 de diciembre de 1874 e iniciada sus clases el lunes 18 de abril de 1875, un año después, el rector Baldomero Frìas envió una Memoria al Ministro de Instrucción Pública, donde por ejemplo, se pregunta qué sucedía con los cerca de doscientos alumnos, aproximadamente que concurren regularmente a las dos escuelas fiscales que funcionan en Linares y que no prosiguen estudios de humanidades en un liceo, que tiene disponibilidad para acogerlos, toda vez que no son más 15 o 20 los que en 1875 postularon al plantel, por lo que es de suponer que esos jóvenes se van a trabajar, sin opción ni aspiración de superar su situación, ignorándose además a qué labores se dedican.
Se pregunta el Rector en su informe que, ello tal vez pueda atribuirse a escases de recursos o falta de motivación de los padres, lo que, además, debe hacerse extensivo a la responsabilidad que en ello cabe a los profesores de las dos escuelas fiscales.
Sin que se le sea exigido, el Rector Frìas manifiesta que ello es una situación de gravedad y, junto con el señor Intendente Luis Jordán se han propuesto averiguar y, en lo posible, solucionar.
Esta nota del rector Frìas preocupó al Ministro Josè María Barceló, toda vez que, en 1860 se había dictado la Ley de Instrucción Primaria, pero sin agregarle el concepto de “Obligatoria”. Se removieron los archivos y el tema volvió a discusión. Sin entrar en detalles, en 1878 se derogaron y revisaron diversos artículos de la Ley de Instrucción, en 1881 se dispuso establecer escuelas mixtas en las villas con más de trescientos habitantes y en 1879 se dicta una ley sobre la instrucción secundaria y superior. Ahora, en 1875, Baldomero Frìas es designado integrante de la Comisión de Linares para seleccionar alumnos destinados a la Escuela Normal.
La ley de Instrucción Primaria Obligatoria se presentaría al Senado en 1902, pero sólo se aprobó en 1920.
¿Podemos decir que este notorio avance educacional de Chile nació de la gestión del primer Rector del Liceo de Linares?


Foto:
Don Baldomero Frìas Urrutia,
Primer Rector del Liceo de Linares (1875-1887)
(Prohibida su reproducción total o parcial)
Freddy Mora | Imprimir | 257