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jueves 17 de julio del 2025
Opinión 17-07-2025
ALGO MÁS QUE PALABRAS
El desarrollo humano;
en nuestro espacio y en nuestro tiempo
Víctor CORCOBA HERRERO/ Escritor
Todo está interrelacionado, también las diversas crisis, lo que nos demanda visiones universalistas y acciones concretas de revisión y de renovación, lo que requiere esfuerzos de entendimiento y comprensión, de manera confiada más que resignada. Con el desarrollo sostenible en riesgo, los aranceles masivos y otras medidas restrictivas, podrían tener un impacto catastrófico, puesto que el comercio se vuelve impredecible; a lo que hay que sumarle los grandiosos flujos migratorios o la explotación sin reglas de los recursos de la tierra. Indudablemente, la falta de respeto de los derechos humanos y la irresponsabilidad manifiesta de algunos gobiernos, genera una desolación tremenda que hay que regenerar cuanto antes.
El mundo es un volcán en efervescencia, sacudido por las desigualdades, el caos climático y los conflictos. La financiación es el motor del desarrollo y, en este momento, el motor está fallando. Hemos de cambiar de rumbo, movilizando recursos para invertir en el futuro que queremos construir unidos, estableciendo un sistema fiscal global más equitativo. Lamentablemente, hay corrupción e ilegalidad en el comportamiento de sujetos económicos y políticos, lo que genera una podredumbre en el acontecer diario, que nos está dejando a la deriva. Sin duda, los diversos Estados, se hallan con el deber de afrontar estas tremendas situaciones, desde la acción colectiva y la reacción transformadora, en defensa del compromiso de la comunidad internacional con el multilateralismo.
Ningún país puede resolver nada por sí solo, ya que los meros acuerdos de gran alcance van más allá de un territorio específico. Nos hemos globalizado y tenemos que trabajar juntos, por un planeta más de todos y de nadie en particular, lo que nos demanda a movilizarnos conjuntamente en la apertura a la vida, centro del verdadero desarrollo, pues el ser humano es el autor, el centro y el fin de toda la vida económica-social. El aluvión de hechos violentos, nos frenan e impiden la evolución de los pueblos hacia un mayor bienestar socioeconómico y anímico. Ojalá tengamos la fuerza moral de no permanecer indiferentes, ni pasivos, ante realidades que nos esclavizan y nos vuelven inhumanos a más no poder.
El buen hacer deportivo, así como las diversas realizaciones artísticas y creativas o la misma actividad física, tienen el poder de cambiar las percepciones, los prejuicios y los comportamientos, así como de inspirar a las personas, derribar las barreras raciales y políticas, luchar contra la discriminación y aflojar los conflictos. Cualquier instante o cualquier espacio será de avance, en la medida que contribuya a favorecer la oportunidad de realizar el propio adelanto. Ahora bien, sin desarrollo sostenible tampoco nos habitará la concordia. De ahí, la necesidad de recuperar la conciencia de un destino común. Por ello, es preciso agrupar cultos y culturas en un enfoque inclusivo y resistir los estímulos del individualismo y el nacionalismo, demasiado frecuentes en la población actual.
Sea como fuere, vivimos un momento de aguda volatilidad en las relaciones internacionales, en el que la guerra moderna crea un panorama frágil y desgarrador marcado por un agudo sufrimiento humano. Por ello, hablar de humanidad y de generosidad, significa además hacerse eco del espíritu constitutivo de las Naciones Unidas, su cima armónica y fraterna. Armonizar las políticas económicas con las políticas sociales, es imprescindible. Nuestro hábitat mundial debe hermanarnos, con políticas más poéticas y de servicio donante, fortaleciendo los valores democráticos y el respeto hacia toda existencia. Únicamente, de este modo, abrazaremos un desarrollo integral e integrador, que exige ineludibles valores éticos y no solamente acertadas decisiones económicas.
Freddy Mora | Imprimir | 49