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martes 10 de junio del 2025
Opinión 30-03-2022
APUNTES ACERCA DE LA GENEALOGÍA Y LA HISTORIA SOCIAL DE ALGUNAS ANTIGUAS FAMILIAS LINARENSES (Parte 2 de 2)

Más que compuesta por coyunturas, es decir, por mecanismos en donde confluyen, convergen, divergen y refluyen fuerzas y expresiones de diversa tensión y contenido, la historia del Chile independiente pareciera conformar una secuencia de vértebras. Un símil particularmente apto no sólo para su cronología sino asimismo para la geografía chilena, compuesta por valles, montañas y ríos organizadas en secuencias interdependientes.
A los desórdenes civiles de la primera república le sucede la instalación del orden portaliano. Esta relativa tranquilidad conservadora permite asumir el riesgo de la primera guerra contra Perú y Bolivia, con el triunfo de las tropas chilenas. Contemporáneamente, organizada por Vicente Pérez Rosales, se promueve la inmigración alemana (con la única salvedad de que se tratase de familias católicas), con el propósito explícito de blanquear la población, es decir, mediante un proceso de "limpieza étnica". Así comienza el expolio de las tierras del Walmapu.
Tras la firma del tratado limítrofe entre Chile y Argentina (con la división a partir de las cumbres más altas y la división de las aguas) y organizado el ejército chileno, teniendo ya en su haber las experiencias de las guerras de independencia y de la guerra contra Perú y Bolivia, los ejércitos chilenos y argentinos avanzan de cada lado de la cordillera de los Andes peinando la Araucanía y Patagonia, con la meta explícita no sólo de la captura de los ricos territorios sureños sino de la reducción de la población mapuche en una abierta guerra genocida.
Las décadas de gobiernos conservadores y liberales se suceden hasta el período coyuntural que comprende tanto la Guerra del Pacífico como la Revolución de 1891 con el hecho puntual del suicidio de Balmaceda.
El siglo XX trae un nuevo aporte europeo (ya que había prohibición para la entrada de asiáticos y africanos), siempre con el requisito de que fuesen familias católicas. La única excepción fue para las comunidades ashkenazi y sefardita. De esta manera llegaron los croatas, además de italianos y asturianos. También se acepta la llegada de árabes palestinos, sirios y libaneses. Debido a su relevancia económica por primera vez se acepta asimismo la llegada de protestantes británicos y alemanes, quienes consiguen su propio cementerio en Valparaíso.
A la relativa estabilidad de la primera década de este siglo le sobrevienen los veintes, con sus asonadas militares y represión de las clases obreras, situación observada críticamente por una población cada vez más educada y concientizada políticamente. En las elecciones de 1939, el país prefiere al Frente Popular con el programa ofrecido por los regímenes radicales. Tal situación se prolonga hasta el inicio de la Guerra Fría, a lo que sigue la relativa estabilidad de los gobiernos de Ibáñez, Alessandri Rodríguez y Frei, para culminar con la elección de Allende, el Golpe de Estado de 1973 y la instalación de la dictadura pinochetista durante 17 años.
Luego, tras el referendum que saca a Pinochet del poder ejecutivo, Chile tiene que soportar una constitución amañada, con lo que durante treinta años se mantiene una democracia tutelada por los militares —la Concerta-cesión—, período clausurado por el levantamiento, estallido o rebelión del 18 de octubre de 2019, insurgencia espontánea, móvil y sin dirección partidaria que remeció las estructuras partidarias y amenazó con llevar al país al caos si no se ofrecía un cambio de rumbo. Logro de esta rebelión fue conseguir que la derecha y "los partidos del orden" ofrecieran una salida viable mediante la organización de un plebiscito y, a partir de nuevos acuerdos, se organizan las distintas candidaturas, con la innovadora participación de ecologistas independientes y disidencias sexuales, más escaños reservados para los pueblos originarios, que mayoritariamente sobrepasan las curules que logra la derecha (renuentes a todo cambio) y de esta manera se erige la Convención Constitucional (2021-2022).
Así, sobre dos historias de larga duración que se traslapan y que tienen como gozne puntual la llegada de los españoles en 1541, las familias registradas —todas las cuales han recibido en mayor o menor medida el aporte de las poblaciones originarias— se inscriben y literalmente encarnan en alguno de los ciclos coyunturales —o vertebrales— mencionados. La sucesión de las generaciones —como la hojas homéricas— conforma así una hebra en el amplio tapiz de la historia de larga duración chilena.
(N. de la R.: Luis Roberto Vera Chaparro es Linarense. Poeta, traductor (del griego, chino, francés e inglés), crítico e historiador del arte. Es además profesor investigador en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México, y es parte del Sistema Nacional de Investigadores (Conacyt) de ese país. También doctor en historia del arte por la Universidad de Nuevo México (Albuquerque, 1994). Reside en Puebla de Zaragoza, México.)
-Luis Vera Chaparro-
A los desórdenes civiles de la primera república le sucede la instalación del orden portaliano. Esta relativa tranquilidad conservadora permite asumir el riesgo de la primera guerra contra Perú y Bolivia, con el triunfo de las tropas chilenas. Contemporáneamente, organizada por Vicente Pérez Rosales, se promueve la inmigración alemana (con la única salvedad de que se tratase de familias católicas), con el propósito explícito de blanquear la población, es decir, mediante un proceso de "limpieza étnica". Así comienza el expolio de las tierras del Walmapu.
Tras la firma del tratado limítrofe entre Chile y Argentina (con la división a partir de las cumbres más altas y la división de las aguas) y organizado el ejército chileno, teniendo ya en su haber las experiencias de las guerras de independencia y de la guerra contra Perú y Bolivia, los ejércitos chilenos y argentinos avanzan de cada lado de la cordillera de los Andes peinando la Araucanía y Patagonia, con la meta explícita no sólo de la captura de los ricos territorios sureños sino de la reducción de la población mapuche en una abierta guerra genocida.
Las décadas de gobiernos conservadores y liberales se suceden hasta el período coyuntural que comprende tanto la Guerra del Pacífico como la Revolución de 1891 con el hecho puntual del suicidio de Balmaceda.
El siglo XX trae un nuevo aporte europeo (ya que había prohibición para la entrada de asiáticos y africanos), siempre con el requisito de que fuesen familias católicas. La única excepción fue para las comunidades ashkenazi y sefardita. De esta manera llegaron los croatas, además de italianos y asturianos. También se acepta la llegada de árabes palestinos, sirios y libaneses. Debido a su relevancia económica por primera vez se acepta asimismo la llegada de protestantes británicos y alemanes, quienes consiguen su propio cementerio en Valparaíso.
A la relativa estabilidad de la primera década de este siglo le sobrevienen los veintes, con sus asonadas militares y represión de las clases obreras, situación observada críticamente por una población cada vez más educada y concientizada políticamente. En las elecciones de 1939, el país prefiere al Frente Popular con el programa ofrecido por los regímenes radicales. Tal situación se prolonga hasta el inicio de la Guerra Fría, a lo que sigue la relativa estabilidad de los gobiernos de Ibáñez, Alessandri Rodríguez y Frei, para culminar con la elección de Allende, el Golpe de Estado de 1973 y la instalación de la dictadura pinochetista durante 17 años.
Luego, tras el referendum que saca a Pinochet del poder ejecutivo, Chile tiene que soportar una constitución amañada, con lo que durante treinta años se mantiene una democracia tutelada por los militares —la Concerta-cesión—, período clausurado por el levantamiento, estallido o rebelión del 18 de octubre de 2019, insurgencia espontánea, móvil y sin dirección partidaria que remeció las estructuras partidarias y amenazó con llevar al país al caos si no se ofrecía un cambio de rumbo. Logro de esta rebelión fue conseguir que la derecha y "los partidos del orden" ofrecieran una salida viable mediante la organización de un plebiscito y, a partir de nuevos acuerdos, se organizan las distintas candidaturas, con la innovadora participación de ecologistas independientes y disidencias sexuales, más escaños reservados para los pueblos originarios, que mayoritariamente sobrepasan las curules que logra la derecha (renuentes a todo cambio) y de esta manera se erige la Convención Constitucional (2021-2022).
Así, sobre dos historias de larga duración que se traslapan y que tienen como gozne puntual la llegada de los españoles en 1541, las familias registradas —todas las cuales han recibido en mayor o menor medida el aporte de las poblaciones originarias— se inscriben y literalmente encarnan en alguno de los ciclos coyunturales —o vertebrales— mencionados. La sucesión de las generaciones —como la hojas homéricas— conforma así una hebra en el amplio tapiz de la historia de larga duración chilena.
(N. de la R.: Luis Roberto Vera Chaparro es Linarense. Poeta, traductor (del griego, chino, francés e inglés), crítico e historiador del arte. Es además profesor investigador en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México, y es parte del Sistema Nacional de Investigadores (Conacyt) de ese país. También doctor en historia del arte por la Universidad de Nuevo México (Albuquerque, 1994). Reside en Puebla de Zaragoza, México.)
-Luis Vera Chaparro-
Freddy Mora | Imprimir | 831
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