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martes 21 de mayo del 2024
Opinión 26-10-2022
Aunque sabemos nada sabemos
Julián Mesa Latorre
Xavier Mesa Latorre
2007
Estela de una Travesía
Edición privada
Chile
38 págs.
Poesía
Aunque no lo sepamos, o lo olvidemos, somos travesía.
Un punto de origen, un punto de llegada: y el estremecimiento en el itinerar entre uno y otro.
En cada inspiración, el origen.
En cada expiración, la llegada.
En cada expiración, el origen.
En cada inspiración, la llegada.
Aunque no lo sepamos, o lo olvidemos, somos movimiento.
De pronto, comienza todo.
De pronto, cesa todo.
Aunque no lo sepamos, o lo olvidemos, la presencia que somos, y sus andanzas, generan vibraciones y huellas.
Que testimonian nuestro estado.
Y que permanecen, o se esfuman, según ese estado.
“Se desvanecieron como
las voces de los arrieros
en la cordillera”.
[poema “Mensaje”, pág. 22, versos 10-12]
En esta expedición, hecha de multitud de expediciones, no sabemos.
A veces, descubrimos ese no saber.
Y entonces sabemos que no sabemos.
A veces.
“Me duermo y abro los
ojos en la oscuridad …”.
[poema “Fue vida”, pág. 30, versos 19-20]
Aunque los escenarios habituales simulan que sabemos.
Y multitudes de voces así lo declaran, estrepitosamente, y con mucha prisa: pues el hábito propulsa el correr, correr, y correr, para llegar pronto, pronto, pronto, aunque no sepamos, ciertamente, a dónde.
“… quiero sentir que
hay alguien que dice algo
aunque ya no haya tiempo”.
[poema “El sol de cada día”, pág. 29, versos 22-24]
Alguien está expedicionando.
Alguien.
No siempre somos nosotros los expedicionarios.
Con frecuencia es otro.
Otro que expediciona, y que expediciona entendiendo que es él quien expediciona; pero que presiente que no es él, sino que es ese otro.
“Crezco por escotillas y escaleras
en busca de luz y aire …”.
[poema “Instalaciones y terminaciones”, pág. 14, versos 17-18]
Y, teniendo ya noticia de esa brecha, clama: por la presencia que no está y se ausenta, y por la enajenación y desraizamiento que nos provoca.
“… a veces me vuelvo por
si estás más abajo en
la playa como un náufrago …”.
[poema “Una esfera”, pág. 20, versos 13-15]
A menudo las itinerancias humanas giran en torno a ese clamor: el de tener la impresión de estar, y el de tener la impresión de no estar. El de percibirse siendo, y el de percibirse no siendo.
Habitualmente, ese es el fuego en que se va consumiendo la existencia.
“Espero una sombra
que desaparezca a mediodía …”.
[poema “Una carta”, pág. 34, versos 1-2]
Este es el estremecimiento humano fundamental: que es ingente clamor de vísceras, emocionalidad en erupción, interrogaciones que una y otra vez se erigen y se disparan hacia todos los innumerables extremos del cosmos, adentramiento y cruce de umbrales que convidan hallazgos, encuentros, y descansos transfiguradores. Individuales y colectivos.
“… pero tú aprisionado
país entre gente y tierra
vuelves a brotar como un
álamo de mi tierra …”.
[poema “Chile”, pág. 25, versos 22-25]
Aunque no lo sepamos, o lo olvidemos.
Estamos en travesía.
Y esta es la estela.
Freddy Mora | Imprimir | 471
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