Maryela Meza inició su emprendimiento Clona en el año 2018, donde hasta la fecha se dedica a la construcción de órtesis y prótesis en silicona médica, con el fin ya sea de optimizar los resultados de una cirugía y que ayudan a reemplazar diferentes segmentos corporales inexistentes o perdidos, ya sea por una enfermedad o un accidente.
Sin embargo, llegó a esto casi de pura casualidad. Ella primero estudió psicología, el cual siempre fue su sueño. Pero una serie de problemas familiares la obligaron a devolverse de Santiago a la región del Maule. Sin saber que hacer, estuvo un tiempo analizando cuál podía ser su futuro. Tras analizar varias opciones, optó por la kinesiología.
Durante carrera trabajó en Junaeb y en diferentes clínicas privadas. Aunque no fue un camino fácil, tenía la certeza de que podría cooperar con la rehabilitación un poco más allá de lo tradicional, por lo que tras pensarlo durante un tiempo, decidió optar por crear su propio sendero.
Algo que no fue nada sencillo. Ya que si emprender desde cero siempre es complejo, para ella hacerlo desde la región se hacía más complicado, y desde su rol como mujer aún más. Esto, debido a la poca visibilidad, la falta de posibilidades para viajar constantemente, y a eso sumarle las responsabilidades domésticas.
Pero todo el trabajo tuvo sus frutos. Actualmente a sus 55 años, en su emprendimiento Clona trabajan un total de cinco profesionales, y ha podido viajar a México y Panamá gracias a la ayuda de ProChile, donde sus productos han despertado el interés de estos mercados.
“Estoy muy agradecida de mi carrera. Es verdad que el mundo no es fácil para los kinesiólogos, pero es algo que me ha permitido poder hacer y ser independiente. Me ha permitido poder soñar, crecer y tener un impacto positivo en las personas que ayudo. Con todo lo que he vivido solo puedo decir que me sigo imaginando el futuro que viene y poder plasmar todo lo que quiero hacer”, afirma Maryela.