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viernes 02 de mayo del 2025
Opinión 28-12-2022
CONOCÍ A UN GENIO

Ricardo Álvarez Vega
Contador auditor
Ahí caminaba yo por la extensa playa pensando diversas cosas de mi vida, cuando mi pie derecho dio con un objeto metálico que yacía semi enterrado en la arena. La curiosidad pudo más que la prudencia y ahí, ante mis ojos, apareció una lámpara seguramente de origen persa y que...
No amigos, no es ese tipo de genios al que me referiré hoy.
El genio que conocí es un artista, un tremendo artista llamado Alejandro Cáceres y más conocido como Alejandro de Nirivilo o simplemente A.D.N.
Fui nuevamente convidado por el señor alcalde de San Javier de Loncomilla, Jorge Silva, quien dispuso que un vehículo municipal me llevara a la localidad de Nirivilo, que forma parte del extenso territorio que él comanda.
Esta gentileza se vió reforzada pues quien iba de jefe de expedición es el joven gestor municipal de turismo Greco Cáceres, ni más ni menos que hijo de A.D.N.
Ya de plano impresiona llegar hasta el cerro donde está gran parte de la obra del artista. Un camino sinuoso que cruza un estero que en palabras de Greco contenía oro en su torrente.
Al llegar a una especie de planicie te encuentras con una serie de construcciones que en primera instancia parecen de adobe. Luego ya me entero que son de madera con sus muros recubiertos de arcilla, todo proveniente de ese y otros cerros cercanos.
Bien, surge ante mi A.D.N. quien con la amabilidad del sabio, me saluda y me invita a acompañarlo en un recorrido mágico.
Primero me habla del poblado de Nirivilo, cuna centenaria de su familia quienes ya desde la colonia poseían grandes propiedades, inclusive dos vinícolas. Muestra desazón por el presente patrimonial del villorrio que en su opinión luego del terremoto del 2010 que se llevó la gran mayoría de las casas, no fue restaurado siguiendo un lógico modelo urbanístico. Concuerdo, sólo ver techos metálicos donde debía haber tejas le da la razón desde las alturas.
Me va mostrando una a una las construcciones que él hizo con sus propias manos siguiendo un modelo circular y que sin duda en mi opinión, además de una prolija técnica de albañilería, esconde una inspiración superior que más adelante me es revelada.
Junto con las construcciones van surgiendo los muebles, todos de madera, que sería muy injusto decir que fueron hechos por A. D.N., cuando la verdad fueron esculpidos por él.
Cada cosa es un relato que te genera emociones.
Con la generosidad del genio humilde, del hombre campesino dice él, me lleva por fin a su taller.
Cómo explicar lo que no tiene explicación y de ahí la necesidad que ustedes mismos lo conozcan.
Esculturas magníficas en madera, algunas en proporciones reales y otras muy grandes van pasando una a una ante mi absorta mirada.
La perfección de facciones, cuerpos, posturas y el global de la obra, sólo encuentra algo de explicación cuando A.D.N. me cuenta que a los tres años su padre le regaló un pequeño cuchillo con el que casi por diversión él comenzó a tallar pequeños trozos de ramas de los árboles nativos del cerro.
Me dijo que nunca fue a estudiar y ante mi pregunta de cómo hacía entonces los cálculos para sus construcciones, me respondió preguntándome "¿a qué escuela va el zorzal para hacer sus nidos?". Ahí el genio sin quererlo me revela el misterio de sus casas circulares inspiradas en la labor de esas aves.
Dejó A.D.N. para el final la casa donde te encuentras con una gran sala conteniendo una mesa de reuniones enorme rodeada de sus obras, entre ellas un Neruda sentado en una banca.
En los extremos opuestos de esta sala hay dos puertas que llevan a dos cuartos que no revelaré qué contienen, pues siento que les estaría contando lo que en mí provocaron, algo íntimo, personal y que cada uno de ustedes merece tener la posibilidad de vivir.
Contador auditor
Ahí caminaba yo por la extensa playa pensando diversas cosas de mi vida, cuando mi pie derecho dio con un objeto metálico que yacía semi enterrado en la arena. La curiosidad pudo más que la prudencia y ahí, ante mis ojos, apareció una lámpara seguramente de origen persa y que...
No amigos, no es ese tipo de genios al que me referiré hoy.
El genio que conocí es un artista, un tremendo artista llamado Alejandro Cáceres y más conocido como Alejandro de Nirivilo o simplemente A.D.N.
Fui nuevamente convidado por el señor alcalde de San Javier de Loncomilla, Jorge Silva, quien dispuso que un vehículo municipal me llevara a la localidad de Nirivilo, que forma parte del extenso territorio que él comanda.
Esta gentileza se vió reforzada pues quien iba de jefe de expedición es el joven gestor municipal de turismo Greco Cáceres, ni más ni menos que hijo de A.D.N.
Ya de plano impresiona llegar hasta el cerro donde está gran parte de la obra del artista. Un camino sinuoso que cruza un estero que en palabras de Greco contenía oro en su torrente.
Al llegar a una especie de planicie te encuentras con una serie de construcciones que en primera instancia parecen de adobe. Luego ya me entero que son de madera con sus muros recubiertos de arcilla, todo proveniente de ese y otros cerros cercanos.
Bien, surge ante mi A.D.N. quien con la amabilidad del sabio, me saluda y me invita a acompañarlo en un recorrido mágico.
Primero me habla del poblado de Nirivilo, cuna centenaria de su familia quienes ya desde la colonia poseían grandes propiedades, inclusive dos vinícolas. Muestra desazón por el presente patrimonial del villorrio que en su opinión luego del terremoto del 2010 que se llevó la gran mayoría de las casas, no fue restaurado siguiendo un lógico modelo urbanístico. Concuerdo, sólo ver techos metálicos donde debía haber tejas le da la razón desde las alturas.
Me va mostrando una a una las construcciones que él hizo con sus propias manos siguiendo un modelo circular y que sin duda en mi opinión, además de una prolija técnica de albañilería, esconde una inspiración superior que más adelante me es revelada.
Junto con las construcciones van surgiendo los muebles, todos de madera, que sería muy injusto decir que fueron hechos por A. D.N., cuando la verdad fueron esculpidos por él.
Cada cosa es un relato que te genera emociones.
Con la generosidad del genio humilde, del hombre campesino dice él, me lleva por fin a su taller.
Cómo explicar lo que no tiene explicación y de ahí la necesidad que ustedes mismos lo conozcan.
Esculturas magníficas en madera, algunas en proporciones reales y otras muy grandes van pasando una a una ante mi absorta mirada.
La perfección de facciones, cuerpos, posturas y el global de la obra, sólo encuentra algo de explicación cuando A.D.N. me cuenta que a los tres años su padre le regaló un pequeño cuchillo con el que casi por diversión él comenzó a tallar pequeños trozos de ramas de los árboles nativos del cerro.
Me dijo que nunca fue a estudiar y ante mi pregunta de cómo hacía entonces los cálculos para sus construcciones, me respondió preguntándome "¿a qué escuela va el zorzal para hacer sus nidos?". Ahí el genio sin quererlo me revela el misterio de sus casas circulares inspiradas en la labor de esas aves.
Dejó A.D.N. para el final la casa donde te encuentras con una gran sala conteniendo una mesa de reuniones enorme rodeada de sus obras, entre ellas un Neruda sentado en una banca.
En los extremos opuestos de esta sala hay dos puertas que llevan a dos cuartos que no revelaré qué contienen, pues siento que les estaría contando lo que en mí provocaron, algo íntimo, personal y que cada uno de ustedes merece tener la posibilidad de vivir.
Freddy Mora | Imprimir | 1179