Ubicada a pocos kilómetros de Santiago, en la comuna de Paine, Región Metropolitana, la Laguna de Aculeo ha sido a lo largo de su historia el hábitat de 102 especies de aves, tanto residentes como migratorias, presentándose como un lugar de descanso, refugio, zona de alimentación y crianza. Sin embargo, durante los últimos 10 años esta laguna se fue secando paulatinamente, por diversos factores, como el el desvío de aguas, el cambio climático y la aguda sequía, hasta quedar completamente seca en 2018, lo que significó la migración de diversas especies.
Y aunque era casi imposible que volviera a renacer, sorpresivamente durante el año 2023 la laguna rebrotó, con lo que "renació un importante ecosistema de la región, propiciando el regreso de numerosas especies a la zona", explicó Silvana Espinosa, encargada de la campaña de humedales de Greenpeace. De hecho, fueron más de 40 especies las que regresaron entre garzas, hualas, taguas, blanquillos, gaviotas de Franklin, sapito 4 ojos, etc. Actualmente, son 70 especies las que se encuentran en el humedal, según el último censo de aves realizado por la Reserva Natural Altos de Cantillana, junto a Biodiversidad Chilena y Greenpeace. Esta cifra representa casi el 70% del total registrado históricamente. Sin embargo, lo que preocupa a los expertos es que este ecosistema permanece sin ningún tipo de protección, por lo que desde Greenpeace han impulsado una petición que busca que la laguna de Aculeo sea declarada como humedal urbano. En este contexto, la especialista en biodiversidad de Greenpeace, Dominique Charlin, explicó que "un ecosistema con mayor biodiversidad es más resiliente, es decir, un humedal que presenta más especies y tipos de vida diferentes tiene más posibilidades de sobreponerse a situaciones adversas. Si logramos la protección de la laguna, también estaremos propiciando el retorno de las especies a la laguna de Aculeo. En palabras simples, estaremos fortaleciendo su capacidad de regeneración".