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martes 15 de octubre del 2024
Opinión 15-09-2024
El primer pie de cueca: un zapateo presidencial que se hizo tradición
José Pedro Hernández Historiador y académico Facultad de Educación Universidad de Las Américas
Cuando llega septiembre, la emoción de Fiestas Patrias se toma Chile. Las calles se llenan de colores, música y el inconfundible sonido del zapateo que nos invita a celebrar. Y como en toda buena fiesta, hay un momento que marca el inicio oficial del jolgorio, el primer pie de cueca que baila el Presidente de la República.
Esta tradición, que ya lleva más de una década, comenzó con un gesto espontáneo y lleno de significado. Era el año 2007 y la presidenta Michelle Bachelet, con la energía que la caracterizaba, desafió al entonces alcalde de Santiago, Raúl Alcaino, a inaugurar las festividades con un pie de cueca. Lo que en ese momento pudo haber parecido un gesto simpático, se convirtió en un hito que se ha repetido año tras año con cada nuevo mandatario.
Pero ¿por qué es tan importante que sea el Presidente quien dé el primer paso en este baile? La respuesta va más allá de lo simplemente folclórico. El mandatario, como la máxima autoridad del país, representa a todos los chilenos y chilenas. Al tomar la iniciativa en este baile tradicional, no solo está dando inicio a las festividades, sino que también está conectando con nuestra identidad, con nuestras raíces y con ese espíritu festivo que nos caracteriza.
A lo largo de los años, este primer pie de cueca nos ha regalado momentos memorables. Hemos visto mandatarios con ritmo y otros no tanto, algunos con más entusiasmo que otros, pero cada baile ha tenido su propia gracia, convirtiéndose en tema de conversación en las casas, en las calles y en las noticias. Incluso, hemos tenido chascarros y pasos en falso que, en lugar de restarle importancia a la tradición, le han dado un toque de espontaneidad y cercanía. ¿Quién no recuerda la particular cueca de Ricardo Lagos Weber en 2007? Un momento que, sin duda, quedó en la memoria de todos.
Más allá de las anécdotas, lo cierto es que este baile se ha convertido en un símbolo de unidad. Un momento en que las diferencias políticas se dejan de lado. La cueca nos recuerda que, a pesar de nuestras diferencias, todos somos parte de un mismo país, unidos por un mismo sentimiento de celebración y pertenencia.
Freddy Mora | Imprimir | 387