miércoles 01 de mayo del 2024
El Diario del Maule Sur
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Hoy
Opinión 20-01-2024
LA CAPERUCITA ROJA Y EL “LOBBY FEROZ”

Valery De l Bonnesherbes
Académie Française de la Bonne Humeur


La caperucita roja, audaz, osada, aunque más inocente de cuanto ella misma lo cree, pudo pensar que cruzar el tupido bosque de la política era cosa fácil, sencilla y segura.
Nunca creyó en las amenazas del “Lobby Feroz” que en el bosquedal habita, ni menos en que podría caer en sus fauces atraída por palabras amorosas y naturalmente hipócritas. Su abuelita, doña Concertación de las Buenas Peras, tampoco quiso negarse a los cortejos y, cochino el Lobby, también le faltó el respeto a sus años, y en su misma cama se metió esperando a la joven nietecita.
La Caperucita Roja, ahora entrada en años – doña Caperuza – ha venido a caer en cuenta tardía de que en política como en amores la verdad es, desde hace siglos, un valor menospreciado; y que, el engaño, es el arma principal en toda clase de conquistas. Entre el “Lobby Feroz” y don Juan Tenorio, por ejemplo, no existen diferencias de importancia. Cada cual en lo suyo, pero con las mismas artes o artimañas.
¿Un político diciendo la verdad?... ¡ No es elegido ni para la Junta de Vecinos de su barrio¡. Sorprender a un político en una verdad es más difícil que encontrar diamantes bajo tierra o a don Juan Tenorio celebrando matrimonio para toda la vida. Las conquistadas lo saben … pero no resisten.
Lo cierto es que, desde tiempos inmemoriales, el “Lobby Feroz” se viene comiendo a cuenta abuelita y nietecita se hayan internado en los encierros del bosque político de aquí y acullá.
Donde haya existido un interés - ahora o en tiempos de Maricastaña - hubo un “Lobby Feroz” al acecho. “En esta vida yo lo resisto todo – escribió Oscar Wilde – menos las tentaciones”.
En estos días es motivo de sorpresa lo que no envuelve novedad ninguna – qué admirable es la fuerza de la ingenuidad o de la tentación o de ambas – el conocer recientes fechorías del “Lobby feroz” quien, valiéndose de ciertos emisarios a suma alzada, le han organizado sucesivos encuentros y banquetes con caperucitas y caperucitos que, canastito al brazo, han acudido a probar los añejos y secretos manjares de los intereses contrariados.
No se sabe de momento cuántas abuelitas (o) y nietecitas (o) puede haberse comido el “Lobby Feroz” en estos encuentros; ni cuántas o cuantos fueron de su agrado culinario o cuántos le atragantaron o intoxicaron. Se trata de una noticia en desarrollo.
Los encuentros del “Lobby Feroz” con las caperucitas o los caperuzos fueron, por así decirlo, “en modo de Motel”, esto es, calladitos todos como “loros comiéndose las nueces” … Pero alguien, despechada, celosa, despechado o celoso, debió haber hablado más de la cuenta frente a algún copuchento. Cosa que en Chile sucede a menudo. Pudo haber comentado el bocón invitado, por ejemplo, que rica estaba la comida en casa de Juan del Armario y su simpática esposa doña Mariposa Encarnada … y fue por esa rendija, por donde se coló el rumor, se expandieron los mensajes, y se armó la rosca. ¡Sálvese quien pueda!...
Se prendieron las luces, sonaron las alarmas, y quedó literalmente la embarrada…por decir lo menos.
Dicen que alguien gritó en medio de la escandalera: -“ ríndete Lucho… o nos van a pillar a todos…” Pero, el tal Lucho resistió a entregarse más tiempo que el conveniente … Al fin, los pillaron “chanchitos” a todos (o casi todos) a pesar del jurado silencio de atardeceres de picos pardos.
Pillados (y aún los no pillados, porque se sabe que el número de conspicuos comensales en casa de don Juan del Armario ha sido mayor) andan unos y otros, de arriba a abajo, concediendo las más raras y difíciles explicaciones. Cabe admitirlo: nunca fue fácil dar explicaciones cuando las sospechas arrecian. Se fueron algunos de negativa …pero el peso de las circunstancias les obligó a poner cara y, hasta el mismísimo Presidente, les ordenó: - “vamos anotándose cabritos”… según dicen que les dijo … - “los vestidos transparentes es lo que ahora se lleva”… aunque se les transparenten las partes púdicas”.
El punto más delicado de todo este desagradable asunto es que el peligroso bosque de la política nacional continua en el mismo lugar de siempre y con la misma gente de siempre. También el “Lobby Feroz” que seguirá con un hambre irresistible tratando de conquistar a cuantas caperucitas rojas, azules, amarillas, blancas o de cualquier color encuentre en el bosque salvaje.
Las que ya fueron comidas y requete comidas… comidas están. Pero… ¿qué pasará con las caperucitas que aún no han probado los manjares exquisitos del Lobby Feroz?... That is the question o, mas bien, that is the problem. De modo que culpar a las caperucites y caperuzes, viene siendo cosa secundaria e inútil. El problema está en el bosque salvaje de la política y en el Lobby Feroz que lo habita. Caperucite que al bosque se mete al bosque… Caperucite que será comida.
El bosque y sus atractivos, el vértigo de sus peligros, los impulsos por cruzarlo sin perder la pureza a manos de Lobby Feroz, permanecerán por el resto de los siglos. Ay del que se interne en el bosque y luego diga que no lo sabía.
Un grupo de Diputados culiparlantes, aparentemente enfurecidos, han ofrecido en la mañana de ayer un punto de prensa. Anuncian “al país” republicanamente un proyecto de ley de su autoría llamado a tener, según ellos, una trascendencia decisiva. Su noble e ingeniosa idea permite considerarla como el hito de un “día histórico”.
¿De qué se trata?... de modificar el castigo de clases de éticas obligatorias por otra nueva más terrible sanción penal: copiar por escrito, en un cuaderno escolar de rayas, de cincuenta a cien veces (según la gravedad del ilícito) el cuento de la Caperucita Roja y el “Lobby Feroz”.








Freddy Mora | Imprimir | 322