lunes 17 de junio del 2024
El Diario del Maule Sur
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Hoy
Opinión 26-05-2024
La ciudad que queremos

Héctor Hernández, abogado

Mucho se ha escrito acerca de lo determinante que es para el futuro de cada persona el colegio en que se estudió, o los amigos con que nos relacionemos en la vida, lo mismo respecto del país en que se nació, pero poco se dice de lo determinante que resulta para el destino que nos forjaremos en la vida, la ciudad en que nacimos, la ciudad en que decidimos vivir, estudiar, trabajar, casarnos e incluso morir, en otras palabras, la ciudad donde deseamos hacer nuestra vida.

Esto último no es baladí, ni accidental.

Al respecto, usted coincidirá conmigo, que no es lo mismo haber nacido en Ámsterdam, Países Bajos, que haber nacido en Adís Abeba, Etiopía, o si nos circunscribimos solo a Chile, no resulta lo mismo haber nacido en Viña del Mar, que haberlo hecho en Curanilahue, o Alto Bio- bio, dos de las comunas más pobres de Chile.

Todos los estudios nos dicen lo que es evidente, ese lugar condicionará nuestro destino indefectiblemente.

Ese azar, por cierto, no depende de nosotros, pero lo que si depende es decidir donde deseamos vivir. Ese es el predicamento de los inmigrantes, que mirando como mejorar sus condiciones sociales, económicas, y de seguridad, en otras palabras, su calidad de vida, deciden emigrar a un país en el que ese destino sea más favorable, y, por ende, el lugar en el que se desea ser feliz y alcanzar el éxito en todo ámbito.

Siendo así, cada país competirá con otro país para atraer inversiones, recursos, y por ende desarrollo, lo que generará un círculo virtuoso, con los desafíos que ello implica evidentemente.

Sin embargo, dentro de cada país, esa lucha también se da, pero esta vez entre las ciudades.

Este fenómeno, es más evidente en naciones con sistemas de organización políticas de carácter federal, condal o de autonomías regionales o comunarias, como en ESTADOS UNIDOS, o en EUROPA en general, y menos evidente en naciones con sistemas centralizados o unitarios, como Chile, y la mayoría de las naciones pobres.

Así las cosas, en Chile, ese fenómeno también se da, y a usted le resultará más evidente si observa las comunas que conforman el Gran Santiago, que pelean por atraer la mayor cantidad de inversión pública y privada, pero usted también puede reconocerlo en las tres grandes zonas urbanas metropolitanas del país, que atraen la mayor inversión por lejos, Santiago, Antofagasta y Concepción, y frente a las que difícilmente se puede competir de igual a igual.

Sin embargo, ¿Aquello importa entonces que Linares esté condenado a ser pobre, rezagado y subdesarrollado?

Definitivamente me niego a creer aquello.

Hoy, que celebramos 230 años de vida, debemos replantearnos nuestro futuro y reconocer este desafío.

La pregunta a responder es ¿Deseamos seguir siendo una ciudad intermedia con mediocres desempeños económicos, mala calidad de vida, conocida como la capital del sueldo mínimo, o incluso como reza el dicho, un mero suspiro?

Yo me niego a eso.

Debemos competir, debemos dar la pelea, ¿cuáles son nuestras ventajas? Pues nuestra gente, los linarenses, y el territorio, y climas, que siendo similares los de Curicó y Chillan, nos obligan a aspirar a estándares de desarrollo similares a los de esas dos ciudades intermedias.

¿Qué debemos hacer?

Debemos atraer inversión, y partir por mejorar las condiciones de vida de nuestros habitantes.

Hacer atractiva nuestra ciudad, mejorando nuestra accesibilidad urbana, no es posible que tengamos una sola vía de acceso y salida a la ciudad, y nuestro equipamiento urbano en general, como parques, y más y mejores áreas verdes, ciclovías, basureros, semáforos, lomos de toro, señalizaciones, etc.

En educación, debemos subir el rendimiento y la calidad de nuestras escuelas y liceos, fomentando la lectura, las artes y las matemáticas, la actividad física, promoviendo concursos de literatura, ciencias y artes, y competencias deportivas masivas, que sean una fiesta, y destacar a esos niños y jóvenes en nuestras celebraciones, premiando a los mejores estudiantes, en otras palabras, reconociéndoles su esfuerzo, y haciéndoles ver que ser mejor vale la pena. Por otra parte, debemos exigirles a nuestros centros de educación superior que cumplan una función de catalizadores del conocimiento y formadores de la masa crítica pensante del futuro de Linares.

Por cierto, y por dignidad, debemos mejorar las condiciones laborales de nuestros trabajadores, y conjuntamente crear un ambiente de negocios atractivo, ofreciendo las inmejorables condiciones geográficas de nuestra tierra, para el desarrollo de una fuerte industria vitivinícola, y agrícola de mayor sofisticación, con alternativas, incluso de un puerto seco, que nos permita ser un catalizador de inversiones con Argentina, a través, del paso PEHUENCHE.
Por último, también debemos preocuparnos de nuestra salud, uniéndonos para dar plazos perentorios a las autoridades para que se finalice el Hospital que tanto soñamos y requerimos, pero también, para que de una vez por todas, enfrentemos los serios problemas de contaminación ambiental que evidentemente sufrimos en nuestra ciudad.

En fin, estoy seguro de que a usted se le ocurren más y mejores ideas, de eso se trata, de que en este aniversario soñemos con el inicio del despertar de Linares.

Feliz aniversario querido San Ambrosio de Linares.




Freddy Mora | Imprimir | 210