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sábado 14 de junio del 2025
Opinión 30-05-2021
LA ESCUELA DE ARTILLERIA DE LINARES EN SU PRIMER CENTENARIO
Nuestra Escuela de Artillería del Ejército de Chile conmemora en estos días los primeros cien años de existencia: su primer centenario.
Tan profundo es su enraizamiento en nuestra Ciudad y Provincia que, desde hace largo tiempo (y en todo el país) la ciudadanía le llama “Escuela de Artillería de Linares”, tal si lo fuera nuestra y de nadie más; y, cuando los soldados artilleros - de todas las generaciones y de todas las provincias - recuerdan su paso por Linares, hablan de “tierra santa”.
Y es que no existe otra institución de carácter público nacional que durante el último siglo haya calado más hondo en el alma de nuestra Provincia y su gente, hasta llegar a identificarse una y otra, como fundidas en un mismo crisol. Para incontables linarenses, entre los que felizmente me cuento, el viejo edificio que alberga a nuestra Escuela es nuestra segunda casa.
En los primeros orígenes históricos del establecimiento de nuestra Escuela en Linares se encuentra el principio que mejor explica este admirable proceso de identificación: la radicación del instituto artillero en “tierra santa” no fue el resultado de una decisión “santiaguina”, impuesta desde las alturas del poder sino, por el contrario, surgió del clamor extendido de un amplio número de connotados vecinos y autoridades locales que, en los años anteriores a 1920, dieron una gran batalla cívica para que Linares fuese el lugar escogido como asiento de nuestra Escuela, en circunstancias que otras muchas distintas lo pretendían para sí .
Los linarenses unidos de entonces , sin fraccionarse inútilmente, formaron con este propósito comisiones, comités, entusiasmaron a sus autoridades municipales y parlamentarias, reunieron dinero por erogaciones populares, realizaron eventos, enviaron delegaciones a Santiago, en fin, movieron cielo y tierra para obtener la decisión que aspiraban… y ¡ lo lograron!...
En 1921, aún se encontraban vivos en el espíritu ciudadano los recuerdos de la movilización formidable que supuso la Guerra del Pacífico.
Como en las demás provincias de Chile, en 1879 se había conformado en Linares el Batallón Cívico Movilizado de nuestra denominación. Cientos de linarenses habían marchado al norte engrosando las líneas regulares de nuestro Ejército y, tal fue la importancia adquirida por nuestro Batallón Cívico, que llegó a consagrarse como Regimiento, el grado más alto de una unidad militar. La historia del Regimiento de Linares es tan notable como por desgracia desconocida.
Solo anotemos que fue al Ejército de Linares a quien correspondió descubrir, conservar y luego traer los restos de Arturo Prat desde Iquique a Valparaíso, tras su inmolación del 21 de Mayo. ¡Qué honor para nuestros abuelos ( y para sus descendientes, aunque que no lo sepan) ¡ …
Para los años de 1920 y los inmediatos anteriores, los jóvenes linarenses de 1879 habían alcanzado una edad promedio de sesenta años y, como tales, conformaban la generación más influyente en la sociedad linarense. Ocupaban las Alcaldías o los cargos de regidores; o bien la dirección de las instituciones sociales más respetables; o eran los profesores, profesionales, educadores o agricultores y campesinos más destacados. Eran quienes dirigían la opinión popular; y, todos ellos juzgaban que el asentamiento de una unidad militar tendría para el futuro desarrollo de nuestra ciudad y provincia una importancia decisiva . ¡Y no se equivocaron!...
Cuando se inauguró nuestra Escuela – en el otoño de 1921 – fueron un amplio grupo de señoras linarenses quienes bordaron con sus manos el primer Estandarte y, durante la ceremonia oficial de instalación, este le fue entregado al Director del Instituto. Bajo el imperio moral de este emblema se realizó el primer desfile en solemne formación, y todos los primeros años fundacionales se desenvolvieron al amparo de este pabellón.
Los años siguientes fueron especialmente afortunados para nuestra Escuela, porque una circunstancia excepcional contribuyó decisivamente al éxito de las primeras fases de desarrollo institucional: sucedió que en 1924, un destacado Oficial de Ejército - linarense como el que más - asumió como Ministro de Guerra (que así se llamaba entonces al Ministerio de Defensa) y, tres años más tarde, fue elegido como Presidente de Chile: don Carlos Ibáñez.
Sabido es que el General Ibáñez manifestó durante toda su vida el más fiel cariño por la tierra de sus padres, en la que él había nacido; y, ese cariño le movió invariablemente a conceder, en cuanto pudo y le era legítimo, favorecimientos especiales a la que don Carlos consideraba como su “patria íntima”.
La construcción del actual establecimiento, antiguo pero clásico (y por lo mismo siempre moderno) y numerosas otras iniciativas de progreso para la Escuela contaron con su invariable apoyo. Visitó innumerables veces la Escuela hasta poco antes de fallecer, en 1959.
Cuando han transcurrido cien años desde el memorable acontecimiento fundacional de nuestro Instituto , es más que bueno y aleccionador recordar que su historia lleva el sello indeleble de haber sido este una magnífica expresión de la unión inquebrantable entre nuestra ciudadanía y nuestros soldados, orgullo de la nacionalidad.
Este lazo de unidad cívico-militar que nada podrá destruir jamás, ofrece al presente una prueba indesmentible de vigorosa realidad que, entre otras, se manifiesta en la activa existencia de la Unidad de Reservistas Artilleros, en la que participa una cantidad muy considerable de mujeres y hombres de valer, auténticos soldados de espíritu y formación, y que en nuestra Escuela lleva por nombre nada menos que el de “Batallón Cívico Movilizado de Linares, 1879”.
Tan pronto sea superada la dura emergencia sanitaria que ha afectado a Chile y al mundo entero, volveremos con nuestras sagradas banderas y estandartes a lucir con orgullo nuestros uniformes de soldados y, entonces, podremos celebrar en la forma debida el primer centenario de la Escuela de Artillería de Linares. Y así, todos los linarenses unidos, podremos tributar nuestro afecto y gratitud a nuestra querida Escuela de Artillería ¡de Linares!...
Luis Valentín Ferrada V.
STeniente (R) del Ejército de Chile
Freddy Mora | Imprimir | 1830