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El Diario del Maule Sur
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Opinión 20-12-2024
Metanoia: Un discurso estético para leer
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Nancy Tapia Navarrete
TRAMA Organización Literaria y Artística

Un poema es un artefacto del lenguaje, es decir, se exploran las potencialidades semánticas del idioma para hablar de la realidad, cuyo objetivo es producir un efecto estético. El poeta percibe e imagina lo que son las cosas y a la vez, lo que no son, y quizás lo que desea que fueran, entonces aparecen las metáforas, las imágenes para nombrar aquello que existe y no existe.
Metanoia: revelación, epifanía, transformación, conversión, todas estas definiciones calzarían con el poemario de Carlos Wistuba, sin embargo, seremos más rigurosos en precisar la tesis propuesta por el autor a través de la estructura de dicho texto: “Un cambio de mentalidad con respecto al mundo que percibimos, siendo el arte y la poesía medios efectivos para comprender la existencia en su integridad” (Wistuba, 2024). Es así que, la abstracción y lo concreto, nos obliga a pensar e imaginar lugares mentales convencionales y a tomar aquellos no tan convencionales, comprendiendo que el lenguaje poético es un vehículo de comunicación y transcendencia humana.
El texto se compone de capítulos, los cuales comienzan con una obvia “materialidad” llamada realidad, en ella encontramos el concepto de hombre, genéricamente hablando, en toda su densidad y dimensión, rasgos como “durmientes”, “marionetas”, “actores”, “sombras inconscientes” son parte del Ego que no nos permite observar la única verdad (ser consciente). El hablante lírico nos introduce en los aspectos más banales que posee nuestra realidad, como, por ejemplo, los llamados “Ingeniosos Comerciantes”: ““Crecer, crecer, crecer” / el bombo marca el paso […] / Altos ejecutivos de negocios privados / y fiscales, /nos transformaron la simpleza, /nos robaron la inocencia, / y enseñaron a esconder el pudor. / Ideólogos de la minuta, / 1.la batalla la gana el crecimiento, / 2. consumir es deber ciudadano, / 3. el chorreo nos hará ricos /.” (Wistuba, 2024, p.22). Se vislumbra, entonces el Ego en todo su esplendor, sin embargo, la primera señal que nos da el hablante a un acercamiento del Ser (consciente) es la alusión a la ciencia, la describe ya no como absoluta y verdadera, sino cómo el tiempo prueba lo que nunca fue, y el lenguaje se impone desde las “abstracciones hasta los balbuceos”, por ende la creación lingüística se empodera, reestableciendo su dominio trascendente, que no se destruye, ni desaparece, por el contrario, se transforma (véase poema “Reina Destronada”).
El hablante avanza en esta densidad, desde un Yo, transformado en un Nosotros continuamente, asume la actitud carmínica en esta reflexión profunda, donde alude a su materialidad, es decir al Ego; lo que no impide desde ese Nosotros, también cavilar sobre la otra no realidad (Conciencia) “Cerremos el paso de la / noche soñada, / despertemos del sueño / que nunca ha ocurrido. / Nuestra intuición habla, / la experiencia de la dualidad / confirma que no podemos / negarnos a nosotros mismo. / Es imposible, / que cosa alguna / pueda destruirnos. /”. (“Nacimiento del Caos”, p.9-10). Es así que este viaje introspectivo, va tomando forma entre la abstracción y la realidad. La dinámica es permanente entre la actitud carmínica, que se complementa con la actitud apostrófica del hablante lírico, es decir, cuando aparece “el Observador” lo hace dirigiéndose a un Tú, llamándole la atención a su verdadera esencia: “Si reconoces con valentía, / que esa fuerza poderosa, / tu sombra profunda, / clandestina, / es parte esencial de ti, / quitarás el papel de / víctima, / soltarás el disfraz de / lástima /”. (“Desasimiento”, p.37). Continua el texto con esta dinámica apostrófica y carmínica que se transforma y se funde en una sola, dándonos a entender que tanto el Observador como el Observado son la misma persona, este último toma conciencia de su Ser y asume su unicidad con el Todo. Dicha unión se logra al comprender que el miedo y la culpa son parte del Ego, el hablante lírico lo plantea expresamente “eres un creador”: “¡Canta canciones a pleno sol! / Las que juegan en tu mente, / traspásalas al papel, / conviértelas en símbolos / que restauran fisuras. / […] Posees un poder que nunca / se disipa, / destinado solo a triunfar. / ¡Atrévete! / si todos fuéramos poetas, / podríamos cambiar esta / realidad. /”. (“Poética”, p.103). Claramente, la poesía “corre el velo”.
En síntesis, el arte ratifica la postura inicial del poeta, no es solo un texto lleno de emociones y sentimientos, se transforma, además, en un objeto estético que está destinado a tener una mirada original de nuestra existencia (realidad y abstracción); posee una observación rigurosa de las cosas, las nombra, las imagina, las transforma; supera paradigmas tradicionales en la recreación de temas filosóficos y espirituales, ya que al elaborar un poemario con dicha temática, corría el riesgo de transformarlo en una historia, en una narrativa lineal, por el contrario, el efecto espiral de toda composición poética se logra perfectamente. Y, por último, no menos importante, dista de ser un discurso ideológico, pues si lo fuera, perdería lo estético y se transformaría en un discurso panfletario. En otras palabras, “Metanoia” es la creación crítica de la realidad del ser humano a través del lenguaje creativo.

Freddy Mora | Imprimir | 291