sábado 28 de junio del 2025
El Diario del Maule Sur
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Hoy
Opinión 07-02-2023
Ningún adulto mayor quedará solo
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Es comprensible el impacto que provocó en Talca la decisión del Hogar de Cristo de cerrar su programa residencial para adultos mayores. Lo que se informa, sin contexto que permita comprender decisión, es que 35 “abuelitos” (trato compasivo e incorrecto porque no toda persona mayor es abuelita o abuelito), abandonados, muchos de ellos con larga experiencia de vida en calle y años de consumo problemático, envejecidos prematuramente, se quedarían de nuevo en abandono por la insensibilidad de una fundación que toma decisiones a la distancia.
Así se dibujó la situación, sin explicar que detrás de esta compleja medida, existe una estrategia social que obedece a una tendencia mundial a la desinstitucionalización para los temas de envejecimiento, salud mental, discapacidad e infancia. Hoy es posible reconocer exitosas intervenciones mixtas y flexibles, que combinan lo residencial de corta estadía con lo ambulatorio, lo domiciliario y lo comunitario, y retrasan el ingreso de las personas a una modalidad residencial como última morada antes de morir.
Por eso, en los próximos dos años, Hogar de Cristo irá transformando sus residencias en una red de servicios de cuidados domiciliarios, extensa, personalizada y diversa. Nosotros, como Hogar de Cristo, prestamos servicios sociosanitarios; no somos una clínica.
Esto, sin embargo, no significa que dejaremos a las personas mayores de la residencia en la indefensión, sin cuidado ni menos en abandono. Al contrario, durante este periodo, trabajamos intensamente en los procesos de reubicación de ellas. Una buena noticia es que se abrirá en Talca un nuevo Programa de Atención Domiciliaria para Adultos Mayores (PADAM), que tendrá una capacidad de atención mucho más efectiva y preventiva en relación a los problemas que aquejan a este segmento de población que crece cada año.
Como decía Diderot, el filósofo de la Ilustración francesa, nuestra divisa “hacer bien el bien” ha sido siempre el imperativo de excelencia que mueve al Hogar de Cristo. Y ahora, que nos toca abordar las necesidades de este nuevo Chile con una mayor pobreza y una población que envejece a pasos agigantados, hemos reorientado nuestra estrategia social, convencidos de que para una real inclusión, los mayores –incluso los no valentes– deben permanecer integrados lo más que se pueda, retardando el confinamiento en dispositivos clínicos. Los PADAM son realmente el futuro en ese sentido.
Por Mauricio Zorondo, jefe de operación social de Hogar de Cristo, en Maule.




Freddy Mora | Imprimir | 703