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Cultura 29-05-2022
Paz Olea: Vidas paralelas y una biografía

La irrupción en el mundo del arte de Paz Olea ocurrió invisible y visiblemente hace tiempo. La intuición y certeza de que debía vincular su vida al arte y la poesía fue temprana, en los alrededores de Linares, en Linares, en Talca a campo traviesa, en la Escuela, en el Liceo y en la ciudad. La segunda intuición suya fue elegir estudiar arte. Optar por Pedagogía, fue optar por una herramienta laboral, pero antes que eso, por la vocación de comunicar y permitir que otros y otras confiaran en esas intuiciones de lo sensible, de lo bello, de lo sublime que habita en su interior.

Su llegada a Santiago para estudiar Pedagogía en Artes Plásticas ocurre en un momento de efervescencia de renovación y tensiones en el arte. Los pintores tradicionales, que intentaban retener a sus alumnos en una tradición que no lograba representarlos. Había necesidad de expresión, de abandonar la academia restrictiva y avanzar en alguna dirección. En ese panorama de los años sesenta que Paz contemplaba con asombro había cuatro grupos: los escultores expresionistas y americanistas, también estaban los pintores muralistas y el grabado, con fuerte vocación social. Era la salida del aula, para ir a los muros y hacer arte para los espacios públicos. Por otro lado, estaban los pintores informalistas, los que buscaban descubrir en la materia, en el gesto, el lirismo y la poesía de los colores tierra, de una presencia continental que emergía entre gestos de espátula, con las manos y con incisiones sobre superficies preparadas para que les aconteciera el azar.

Paz, como era propio de una estudiante de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, se ejercitó en esos lenguajes, sin embargo, no resonaron en su interior. Fue el encuentro con lo abstracto y la geométrica practicada por una cuarta escena de artistas lo que la cautivó. Y fue desde ahí, donde formó parte de un capítulo histórico para nuestro país. Fue momento en que un grupo de artistas, mujeres y hombres que redescubrieron la geometría ancestral para reconocer en ella, el código secreto de la información que portan los colores, las formas y las mediciones que organizaban el tiempo y el espacio.

Un párrafo del poema, que se titula “Encuentro y Adios”, y que corresponde a la segunda parte del poemario. Este mismo poema lo encontraremos en otros momentos de la reflexión. Y por lo mismo, es muy vertebral dentro del poemario, va y viene a través de las páginas. Aquí, en estas imágenes del poema nos muestra de manera sintética esas expectativas con las que enfrenta el taller y academia santiaguina:

“Bellas Artes, Parque Forestal
sueños, esperanzas de juventud.
Forma y espacio, geometría lírica (yo agregaría geometría Lárica)
Vidas paralelas. Primer compañero, amor,
exposiciones, recitales
ronda juvenil, espíritu sanador.”

Que abstracción pintaba Paz por aquellos, días, lo podemos encontrar sintetizado en el siguiente poema:

Triángulo

“Hipotenusa y catetos
Pirámide ancestral
Adyacente
Jamás complementarios.
Vértice con vértice
Reloj de nuestro tiempo”

Aludía las vidas paralelas de Paz, y reconocemos en su habla paralela, el habla de pintura y la poesía, como si pintara las palabras o las palabras. Veamos como pinta las palabras. Observarán, que su lenguaje es muy particular ya que atraviesa con naturalidad dos mundos, y al fundirlos en una dinámica visual-textual que la convierten en pintora-escritora o escritora-pintora. Cuando leemos por ejemplo ISLA, y aprecien la cantidad de espacio que hay en esta escena. No hay muros que corten la mirada. Es un lugar indeterminado, muy amplio…que obliga a la poeta a preguntarse por el lugar:

ISLA

“Soledad horizontal
Amarilla.
Compañera Vertical
Verde
Sonora amiga azul
Lava mi tristeza.
¿Dónde estoy?”

Desde este lugar, como si Paz fuera un árbol impregnado de vida, desde el humedal sureño se erige en medio de un vasto horizonte, como una contundente vertical, desde la geometría y el ángulo recto que permite el trazo firma de una existencia creativa. Es Paz, que está ahí, sosteniendo el temporal, asoleada y risueña, pintando y escribiendo como un acto permanente de conquista de los días, porque los días, las semanas y los meses en Paz no llegan: se cultivan, cosechan y pintan.

(Fragmento de texto mayor sin publicar realizado por Ramón Castillo Inostroza para el lanzamiento del poemario El todo y la nada de Paz Olea, Museo de Artes y Artesanía de Linares, 20 de mayo de 2022)

Freddy Mora | Imprimir | 1066