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Opinión 30-12-2021
Radio Soberanía de Linares: CC 152 “La radio de la tremenda sintonía”



Mucho tiempo demoró Linares en contar con una emisora propia. Hubo ensayos preliminares que fracasaron. Sin embargo, no todo había de ser “mala suerte”. El año 1950, el dial de las radios linarenses captó con una sonoridad y fidelidad de tono, a las cuales no estaban acostumbrados.
La frecuencia de CC 152, la radio de Linares; hizo el milagro de llevar a todos los hogares, inquietudes, informaciones y problemas particularmente linarenses. Al poco tiempo se volvió a escuchar “nuestro idioma”, el castellano o nuestro propio léxico, o algo que se le parece. Era tal la influencia de las radios argentinas, las únicas que se escuchaban de día por todos los lados, que hasta nos expresábamos en “cuyano”.
Todo esto -contar con una emisora linarense- se lo debemos a un estudioso de la radiotelefonía: Don Ramón Abasolo Aldea, ingeniero electrónico y propietario de Radio Soberanía; que un buen día, llegara por estos lados en son de conquista del éter. Una vez conseguido el permiso correspondiente, con la sencillez bonachona que lo caracterizaba, don Ramón lanzó al espacio la onda de la “radio de la tremenda sintonía”.
El nombre Radio Soberanía nació de la creatividad (propiedad intelectual) de quien fuera publicista y locutor de la emisora, Don Sergio Francisco Nuche Cañón, para ese entonces -1952- director de la emisora.
Además, registra un detalle -no menor, para la época- solo los tubos eran importados. Todo el enorme y complicado montaje de la radioemisora, es obra del genio realizador y constante de D. Ramón Abasolo; para quien la radiotelefonía no tenía secretos.
La historia señala que se inició en O´Higgins N° 88 -entre Esperanza y Colo Colo numeración que no encontramos hoy. Y debiera ser, por la numeración existente, entre Esperanza y Rengo, en una casa contigua; cuyo vecino fue D. Jorge Orellana, zapatero del barrio.
La antena, conformada por dos torres de madera (30 metros cada una), unidas en su parte superior por un cable conductor de cobre de varias hebras y -en teoría- era una antena Marconi. Constaba de un oscilador a cristal en una frecuencia de 1520 khz, amplificada por un tríodo de 6C5; y siguen las especificaciones técnicas. En ese entonces, en Linares, había solo voltaje continuo; para lo cual se contaba con un convertidor de voltaje y la planta de luz (con un loco móvil) se ubicaba en Chacabuco esquina Rengo (por esos años era solo una huella de carretas).
En los años 51, los estudios estuvieron en Curapalihue N° 70 (teléfono 277). Luego del incendio ocurrido en el lugar -28 diciembre de 1961-, se trasladó a O´Higgins (entre Esperanza y Rengo actual), la que fue su casa donde nació (allí residía la familia Abasolo); volviendo a unirse estudios y planta trasmisora. Lo recuerdo perfectamente, porque la Sra. Carmen Yáñez, nos hacía callar el ruido que teníamos donde el zapatero D. Jorge Orellana (lugar de reunión de la juventud de nuestro barrio). Luego, se traslada a Valentín Letelier N° 265 (frente a la cancha de básquetbol en la Alameda, lado norte, donde hubo un restaurante). Posteriormente, estuvo en Mario Dueñas (entre O´Higgins y M. Rodríguez); finalmente, en la misma calle, pero frente al CDT-Hospital de Linares.
Radio Soberanía -desde que inició sus emisiones- destacó nítidamente entre sus congéneres, por la alta calidad de sus programas y selección de su música, que proviene de una de las discotecas personales de más gusto del país. Agréguese a esas bondades, la selección cuidadosa de su personal, donde director, locutores y controles, asumen con mucha responsabilidad y talento sus delicadas funciones.
Linares no pagó con gratitud, el valioso aporte al desarrollo de nuestra cultura ni comprendió los desvelos y sacrificios, que significaron su montaje. El comercio permaneció indiferente, no contratando la cantidad necesaria de avisos, para la mínima subsistencia de la radioemisora.
La Ilustre Municipalidad de Linares, atenta y veladora de nuestro progreso, acordó (1950), cederle un espacio en el Teatro Municipal, para sede de las futuras actividades de la radio; no acordándole una subvención, por tratarse de una entidad comercial. “Corresponde al comercio local, desprenderse de una parte de sus utilidades, proporcionándole avisos y dándole vida económica a la emisora”. (Crónica, de Juan Linares, bajo el título de RADIO SOBERANÍA, diario “El Heraldo”, 18 de mayo de 1950).
En una columna Los miércoles de Ulmen (seudónimo del Dr. Alberto Reyes Lapiedra), titulada: Nuestra emisora aparecida el 11 de julio de 1962, señalaba: “después de un año de escucharla a diario, me siento feliz de rebatir el concepto llamado incomprensión. Radio Soberanía tiene cosas que están por encima del montón. Sus programas tienen variedad, una espléndida discoteca. Los espacios reservados para avisos son cortos y presentados con respeto y buena intención. En suma, la razón de ser de Radio Soberanía se cumple plenamente”.
“Basta mirar alrededor para comprender el problema íntimo de nuestra emisora. Es el mismo de todo organismo que nace con afán de servir. Falta de capitales. Falta de medios para crecer y realizar aquello que bulle en la cabeza y que cristaliza tan fácilmente, cuando la plata va por delante”.
“Con sus medios, Radio Soberanía cumple con dignidad y limpieza. Llena una función imprescindible en la era actual (1962). De las cosas que podemos mostrar, como auténticamente nuestras, fruto de nuestro esfuerzo exclusivo, permanente y honrado, Radio Soberanía debe ser, si no la mejor, una de las más valiosas.
Radio Soberanía, de Linares, desde 1949, en la frecuencia CC 152 de la amplitud modulada; presente en los grandes acontecimientos del país y la región. Una radio en el corazón de los linarenses, con “VISTAZOS” (de Óscar Guzmán González) y “LA HORA DEL HOGAR” (con Carmen Yáñez), como programas emblemáticos.
En 1958, salió al aire por 1ª. vez el programa “Vistazos”; cuyo objetivo de su creador, periodista Oscar Guzmán González, regidor y funcionario del Hospital Base, fue presentar el resumen noticioso semanal, con un sello informativo humorístico. Sus primeros locutores Gastón Villagra y Pedro Sepúlveda. Recordamos a otros profesionales del programa: Waldo Guzmán, Patricio Vargas, Eduardo Iribarra, Luis Vielma, Sergio Román, Alejandrino Troncoso, Agustín Rodríguez, Oscar Cifuentes, Rodolfo Troncoso y Miguel Ángel Venegas, quienes tuvieron mayor permanencia en el espacio.
Hoy, con su frecuencia y voces silentes, rendimos el merecido homenaje a quienes, visualizando el potencial de una radioemisora, hicieran tanto por una ciudad que sigue creciendo. (Bibliografía: Diario “El Heraldo”, Tomos I y III, 1949 y 1962. Fotos: gentileza de Alfonso Astete Bascuñán y Gustavo Nuche Cañón)
(Manuel Quevedo Méndez)
Freddy Mora | Imprimir | 2009