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martes 02 de septiembre del 2025
Opinión 28-08-2025
Seguridad, flexibilidad e integración en pagos digitales: tres factores clave para decidir hoy y escalar mañana

Pablo Huircapan - Director de IT & OPS SOLA Evertec
La digitalización de los pagos dejó de ser una tendencia incipiente para convertirse en un nuevo estándar que redefine la manera en que empresas, comercios y consumidores interactúan. Ya no se trata de discutir si digitalizar los pagos, sino cómo hacerlo bien, con una mirada estratégica que garantice escalabilidad, seguridad y valor a largo plazo.
El último Informe de Sistemas de Pago del Banco Central de Chile muestra un aumento a 374 pagos digitales por persona al año, un 18% más que en la medición anterior. Hoy, el 74% del consumo de los hogares se paga con tarjeta y las transferencias electrónicas concentran el 65% del valor operado. En otras palabras: pagamos más, pagamos distinto y, sobre todo, pagamos digital.
Este escenario marca una transformación estructural que obliga a las empresas a concebir el pago como parte integral del producto. La tecnología de pagos se ha convertido en un factor clave de competitividad: la experiencia de pago impacta directamente en la conversión, el ticket promedio, la recurrencia del cliente e incluso en la percepción de la marca. En este contexto, tres factores se consolidan como palancas esenciales para decidir bien hoy y escalar mañana: seguridad avanzada, flexibilidad tecnológica y capacidad de integración.
Seguridad avanzada: más allá del cumplimiento
La seguridad en los pagos digitales no es negociable. El Banco Central reporta que en el primer semestre del año se registraron más de 127 mil denuncias por fraude, un 10% más que en el semestre anterior. El fraude no solo genera pérdidas directas, sino que también daña la reputación, deteriora la experiencia del cliente e incrementa los costos operativos. Un solo ataque puede derivar en contracargos masivos, colapsar el soporte, activar auditorías y distraer recursos clave.
Aquí, la regulación actúa como un piso competitivo. La NCG 538 de la CMF establece estándares claros de autenticación, monitoreo y resguardo de credenciales, obligando a la industria a avanzar hacia mecanismos como la Autenticación Reforzada de Clientes (ARC). La eliminación de las tarjetas de coordenadas - recientemente aplazada un año más - y la exigencia de múltiples factores de autenticación, fortalecen la resiliencia de todo el ecosistema.
Hablar de seguridad avanzada implica ir más allá del cumplimiento normativo: tokenización de datos, cifrado de extremo a extremo, detección de anomalías con inteligencia artificial, segregación de ambientes, orquestación antifraude por mercado y planes de recuperación ante incidentes probados. También significa monitorear métricas clave como tasa de fraude, aprobación y falsos positivos e integrarlas al tablero de gestión del negocio. En mercados maduros, una estrategia de seguridad bien diseñada no es un obstáculo, sino una ventaja competitiva que protege ingresos fideliza clientes, y fortalece la marca.
Freddy Mora | Imprimir | 137