viernes 07 de marzo del 2025
El Diario del Maule Sur
FUNDADO EL 29 DE AGOSTO DE 1937
Opinión 04-08-2024
Suben los Precios de la Luz, ¿Mejora el Servicio?
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Alejandra Astete Belmar

Suben los precios de la luz, pero parece que eso no garantiza un servicio continuo. En tiempos de vientos y lluvias, no necesitamos meteorólogos para saber si el clima va a empeorar; el corte de la luz nos avisa, nunca falla en su predicción.

Hablando con mis familiares que viven en el campo, me relatan con frustración y pena los reiterados cortes de suministro de energía en sus sectores. Allí, los cortes son más frecuentes y los tiempos de reposición, mucho más largos. En algunas localidades rurales, los cables cuelgan y si pasa un camión, tractor o cualquier maquinaria agrícola, se corta la luz. En otras zonas, la falta de poda de invierno de los árboles provoca interrupciones del servicio con cualquier viento, situación frecuente en otoño e invierno, pero que en realidad ocurre durante todo el año.

Cada lluvia trae consigo la incertidumbre: ¿Cuánto tiempo pasaremos sin electricidad esta vez? El ciudadano medio se siente impotente y frustrado, pues no puede llevar una vida normal sin energía. Las tareas cotidianas como cocinar, estudiar con los hijos y realizar las tareas, trabajar desde casa o simplemente disfrutar de una película se ven interrumpidas por la falta de electricidad. Sin mencionar aquellos sectores que se quedan sin agua potable rural , particularmente aquellos sistemas que no tienen grupos electrógenos de respaldo o pozos norias que dependen de una bomba eléctrica.

Ayer recibimos las cuentas de junio y ya llegaron con un alza de un 25% respecto al mes anterior. Recién estamos empezando el semestre, ¿cuántas alzas más realmente vamos a tener de aquí a fin de año? ¿Y cómo podemos producir para pagar estas alzas si siempre nos persigue la incertidumbre de la continuidad del servicio para poder trabajar?

Lo peor es que no hay a quién reclamarle. Los call centers funcionan pésimo, no saben nada de la geografía donde está radicado el problema, nos solicitan el número de cliente que con dificultad tratamos de encontrar en la oscuridad, y el número del poste, muchos de los cuales son de madera y tienen borrado su identificador. Tampoco entendemos ni manejamos los sistemas geolocalización que utilizan las empresas para ser más precisos con la ubicación de las fallas, y muchas veces no comprenden el grado de dificultad que implica llamar para informar lo sucedido debido a problemas de señal telefónica. A veces hay que pararse afuera, bajo la lluvia, para tener cobertura de celular. Ni hablar del acceso a internet, que es lo primero en verse afectado. Además, las compañías no detectan los cortes domiciliarios y dependen de la cantidad de reclamos que reciben de la ciudadanía. ¿Qué pasa en sectores apartados donde hay muchos adultos mayores?

Mientras las compañías eléctricas aumentan las tarifas, nos preguntamos si alguna vez recibirán el memo de mejorar la infraestructura para resistir las inclemencias del tiempo. En pleno siglo XXI, parece irónico que aún dependamos de rezos y velas cuando se trata de cortes de energía.

La falta de electricidad no solo es un inconveniente, es una parálisis. En un mundo cada vez más digitalizado y dependiente de la tecnología, la interrupción del suministro eléctrico es un menos cabo económico para todos
Freddy Mora | Imprimir | 473