sábado 10 de mayo del 2025
El Diario del Maule Sur
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Hoy
Opinión 28-05-2024
UN ENCUENTRO EN LA PALABRA Taller Literario de la “AGRUPACIÓN CULTURAL GERMÁN MOURGUES BERNARD”
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EL MODERADOR

Antonia de María.

¿Qué es el arte? ¿qué es la cultura? Definiciones enciclopédicas hay muchas, pero pareciera ser que ninguna nos acomoda o que, como el mismo ser humano, el arte y la cultura son esencialmente evolutivos. Entonces y entendiendo que hay gente muy docta que puede dar definiciones más acertadas, prefiero hablar de lo que he visto y oído. En todo caso, no vayan a creer que no anduve escudriñando por algunos textos digitales y de los otros, no los he desechado, es como dije, no siempre la sabiduría que aportan nos acomoda y es porque la contrastamos visceralmente con la realidad. He ahí el desajuste.
He notado, por ejemplo, que el arte y la cultura van siempre de la mano, como esos matrimonios bien avenidos que duran toda la vida, cuando los tiempos se miden en vidas y no en horas. Desde las pinturas rupestres escondidas en la oscuridad profunda de la tierra, hasta la torre Eiffel o el mural con grafittis del barrio, hay símbolos, ansias de comunicación, de visibilización, (a la gente no nos gusta ser invisibles) un decir “yo estuve aquí” o, más aún “queremos cambiar esto que nos daña”.
Esto me lleva a dos conclusiones importantes. La primera es que el arte y la cultura son propias del ser humano; a pesar de muchos, los animales, los primates, los pingüinos carecen todavía de la habilidad de usar pinceles y alfabetos, pueden construir, adaptar, proteger, o practicar la fidelidad como los caiquenes y los lobos, incluso pueden distinguir si algo es grande o pequeño, pero no pueden sumar ni restar.
Y la segunda es que no se da sola; para existir el arte y la cultura nos obligan a necesitar del otro, de la comunidad, del colectivo, de la socialización. El arte, por ejemplo, es siempre una respuesta a la cultura y la cultura evoluciona en espiral o más precisamente pendular. Podría aquí haber alguna pequeña pero gravitante diferencia entre el arte y la cultura, el arte es único, como cada ser humano es único, viene del talento, de los dones dados en fideicomiso por el Cielo y del que tenemos que responder, es un don para dar que se perfecciona con la práctica. La cultura en cambio se aprende y se comparte viene en forma de un “delivery” de pizza, con muchos ingredientes como el idioma, las comidas, los juegos, las creencias, los valores, la pizza misma, todos nutrientes de los que se alimenta el arte. La cultura entonces también es generosa, se aprende por ejemplo que San Sebastián es complaciente y no discrimina y puede llegar a concederte nobles favores a cambio de alguna promesa, como un trueque, y su entorno se va llenando de plaquitas de mármol y velas, pero ¡ay de aquel que no cumpla! Los niños van de la mano de sus padres y/o abuelos a estas fiestas y aprenden y es tal la práctica de estos rituales que en esta tierra encantadora y sin mar, los que no alcancen a llegar a Yumbel, podrán en las mismas fechas acercarse a Panimávida; la cultura se ha compartido. Los artistas se mezclan con los emprendedores y promueven sus productos. La Arquitectura que también es un arte, se manifiesta en las construcciones, en los altares. Todo esto me lleva a pensar, consecuencialmente, que la cultura es el recipiente que contiene entre otras cosas, al arte.
Mientras se discute en la sesión “on line” sobre este tema, mi natural tendencia a la observación y a la dispersión me obliga a poner atención en los participantes. La suavidad de Una no es suficiente para que Otro entienda sus conceptos; la sabiduría de Un Tercero contrasta con la impetuosidad de Otro y la dulzura de una Cuarta, pero el moderador ¡ah! el moderador, inalterable, habla desde la objetividad, de la que me siento muy lejana, sin pronunciar juicios arbitrarios o personalistas; habla desde la generosidad, desparrama sus criterios y conocimientos como el Creador a las estrellas, pone anclas a nuestras elucubraciones y lo hace con tanta mesura y delicadeza que solo por eso le creo. Me asombra su lucidez, a veces, a mí el cansancio me traiciona. Su lenguaje es sobrio y coherente, el mío está lleno de apologética. El arte, la cultura, el moderador, la suavidad, la sabiduría, la dulzura, la impetuosidad, todo ello me parece en extremo altruista; la generosidad se despliega como un arcoíris después de la lluvia, pareciera ser una cualidad de lo idéntico, de lo bello y de lo verdadero. Entonces el moderador nos encarga profundizar en el tema con un ensayo y nos ancla otra vez.
Y sí, también tuve que escudriñar en las bibliotecas digitales y de las otras sobre qué es un ensayo y la definición que diera también podría ser enciclopédica, pero esa tarea la puede hacer cualquiera. Yo solo sé contar historias
Freddy Mora | Imprimir | 295