martes 22 de julio del 2025
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Opinión 22-07-2025
Una política de Estado en marcha: la voz de las y los directores de la Nueva Educación Pública
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Rodrigo Egaña Baraona
Director de Educación Pública

En medio de los múltiples desafíos que enfrenta la educación pública en Chile, los resultados del estudio “La Voz de los Directores y Directoras de la Nueva Educación Pública 2024” nos ofrecen una oportunidad única: detenernos a escuchar, con atención y sin prejuicios, a quienes están a cargo de liderar las comunidades educativas del país.

Por segunda vez, la Universidad Diego Portales, con el apoyo de la Dirección de Educación Pública, encuestó a directores, directoras y profesores encargados de escuelas, liceos y jardines infantiles de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP). Esta medición no solo entrega datos; entrega confianza. Nos habla de un proceso de transformación que está en marcha, no exento de dificultades, pero donde hay señales claras de avance, compromiso y mejora continua.

Uno de los datos más relevantes —y quizás más contraintuitivos frente a ciertos discursos instalados— es que el 77% de los directores considera que la Nueva Educación Pública representa un cambio paradigmático o una transformación pedagógica significativa, y solo un 23% la ve como un mero ajuste administrativo. Esto no es menor. En un escenario muchas veces marcado por la desconfianza o el escepticismo, esta mirada positiva desde el liderazgo educativo es un mensaje poderoso: los actores clave no solo están comprometidos, sino que también reconocen el valor del camino recorrido.

Este respaldo se traduce también en cifras concretas. Un 65,4% de los directores afirma que ha aumentado su compromiso personal con la educación pública desde que sus establecimientos pasaron a depender de un SLEP, lo que representa un alza respecto al 57% registrado en 2022. El apoyo técnico-pedagógico también ha mejorado: más de la mitad (54,4%) percibe avances en esta dimensión, y el 50% señala una mejora efectiva en el trabajo pedagógico de sus establecimientos, diez puntos más que hace dos años.

En este contexto, la narrativa de crisis, tan frecuente en el debate público, simplemente no se sostiene cuando se contrasta con lo que ocurre en los establecimientos. Lo que emerge es algo mucho más complejo y valioso: una reforma que se implementa con gradualidad, con ajustes y dificultades, pero también con aprendizajes institucionales y con una creciente identificación desde las propias comunidades educativas.

Por supuesto, no se ocultan los problemas. La encuesta recoge preocupaciones reales sobre el aumento de la carga administrativa (69% lo percibe así) y la escasez de recursos materiales y financieros (51%). También se identifican debilidades en instancias como los comités directivos locales o consejos locales de educación pública. Son alertas importantes, que requieren atención y respuesta. Pero incluso frente a estas limitaciones, el tono general del estudio no es de frustración, sino de esperanza crítica: los actores están comprometidos con una política que reconocen como necesaria y perfectible.

Es clave subrayar que esta política pública no se reduce a estructuras administrativas. La NEP se está construyendo desde todos los rincones del país, sobre todo los más apartados y vulnerables, desde las escuelas, desde las salas de clases. La mejora en la autonomía directiva (que sube de 28% en 2022 a 38% en 2024), en la posibilidad de compartir experiencias entre pares (de 27% a 47%) y en la participación en redes profesionales, da cuenta de un sistema que comienza a funcionar en red y fortalecerse en su base. Ahí donde están las y los estudiantes, donde ocurren los aprendizajes y donde debemos garantizar excelencia.

Por eso, escuchar “la voz de los directores” es mucho más que conocer una opinión técnica. Es reconocer a quienes encarnan el cambio en lo cotidiano, a quienes gestionan recursos escasos, impulsan proyectos pedagógicos, reciben acompañamiento para fortalecer capacidades cuidan a sus equipos y abren oportunidades a sus estudiantes. Es también una forma de honrar el sentido profundo de esta reforma: poner a las comunidades educativas en el centro y hacer de la educación pública una causa país, sostenida más allá de gobiernos o coyunturas.

La Nueva Educación Pública no es un experimento, ni una moda. Es una política de Estado en marcha, con avances que pueden medirse, con desafíos que deben enfrentarse y con personas que la están haciendo realidad todos los días. Escucharlas, como lo hace este estudio, no solo es necesario. Es urgente.


Freddy Mora | Imprimir | 70