viernes 18 de julio del 2025
El Diario del Maule Sur
FUNDADO EL 29 DE AGOSTO DE 1937
Hoy
Opinión 18-07-2025
Viva la valentía
Publicidad 12
María de la Luz Reyes Parada
Bibliotecaria, escritora

En una entrevista en @ucatolicaoficial, el gran actor Héctor Noguera dijo: “Para ser viejo, hay que ser valiente”. Y debo decir que estoy plenamente de acuerdo. No solo por lo que implica atravesar uno de los periodos más largos del vivir, sino porque hoy parece una ofensa decir “viejo”. ¡Ya nadie lo es! Los de 50 dicen que se sienten de 40; los de 60 aseguran ser los nuevos 50; y los de 70 proclaman ser los 60 de este siglo. Nadie asume que la vejez es, en realidad, un privilegio.
Olvidamos con facilidad cuántas personas se fueron con la pandemia, muchas de ellas sin alcanzar siquiera la juventud, dejándonos las manos frías y el corazón partido. Cuántos se van diariamente, batallando enfermedades inverosímiles a su edad, y sentimos que es demasiado pronto. Aun con todo eso, muchas personas mayores sienten que los años se les vuelven vergonzosos. En una época que se obsesiona con negar el paso del tiempo, conviene recordar que la vejez, más que un estorbo, es una conquista.
Para negar la edad desde lo visual, existen cientos de terapias: cremas, hilos tensores, ADN de salmón, ácidos de todo tipo, vitaminas generosas, cirugías que levantan, achican, estiran; hay tatuajes, injertos, dietas y un sinfín de recursos. Sin embargo, subvaloramos esas marcas que en la piel nos van contando una historia: cicatrices de risas, llantos, dolores y logros que nos van transformando mientras aprendemos y vivimos. Pero nuestra sociedad sigue adorando la turgencia de la carne, el brillo del cabello, el aroma a sol en la piel, esa apariencia de jardín a punto de florecer. Y cuando ello ya no es evidente, comienza la sensación de estar quedándose atrás de algo.
Avanzar en el tiempo trae, innegablemente, sabiduría, conocimiento y experiencia. Aprendemos de todo un poco, y hasta quien menos oportunidades académicas tuvo puede enseñarnos algo valioso, aprendido en el ejercicio cotidiano de vivir. Y ojo, no estoy en contra de envejecer con dignidad y belleza, pero me preocupa la desidia frente a las personas mayores. Nuestro Chile tiene una tasa bruta de natalidad de 7,7 nacimientos por cada 1.000 habitantes. En 2024 se registraron 154.441 nacimientos, un 11,3 % menos que el año anterior, mientras la tasa global de fecundidad es de 1,03 hijos por mujer, muy por debajo de los 2,1 necesarios para mantener la población (datos del INE).
Somos un país que va envejeciendo, pero no veo personas mayores en la televisión, ese medio masivo que genera opinión. No veo a un Raúl Matas, a Yolanda Montecinos, a José María Navasal, a María Teresa Serrano… no veo experiencia. Veo cahuín —¡qué chilenismo!—, veo pelea, antivalores que no nos ofrecen un futuro esperanzador. (Por cierto, hay lindos ejemplos de lo contrario, pero hablo de la mayoría.)
Todos envejecemos, y eso se evidencia cuando duele mover el cuerpo, cuando necesitamos más (o menos) horas de descanso, cuando el oído se vuelve menos sensible o aparecen patologías propias de la edad. Sin embargo, en muchos casos, el ánimo está intacto, la sabiduría aflora para enfrentar las dificultades, el silencio se vuelve un aliado y la realidad adquiere otra profundidad.
Envejecer es un privilegio que debería enseñarse como un valor en las escuelas y centros de educación. Deberíamos escuchar y reflexionar sobre la vejez, para mejorar no solo las pensiones, sino también los espacios de convergencia y convivencia que nos permitan aprender de quienes más han caminado.
Porque hay muchos valientes de quienes necesitamos aprender.
No sea que el acabose nos pille y no tengamos a quién preguntarle cómo se enciende el fuego.

Freddy Mora | Imprimir | 45